Por Gustavo Petro
Es altamente probable que varias pandemias de origen animal que han azotado a la humanidad en las últimas dos décadas, como el Covid-19, la gripe Aviar y la gripe porcina, tengan que ver con un contacto del mercado, cada vez más extendido y profundo, con un espécimen que lo llevó al cuerpo humano.
Tenemos una sociedad que concibe la riqueza solo a partir del valor de cambio, que solo gana a través del valor de cambio, que solo ve al humano como un ser para el valor de cambio. Es eso lo que pone al hombre en contacto con el virus y la pandemia y desata la madre de todos los virus, la transformación caótica del clima. Existen evidencias y así lo confirman muchos infectólogos del mayor riesgo de infección que corren las personas que viven más expuestas a altos niveles de contaminación.
Tenemos también hoy, unas relaciones entre seres humanos construidas para que unos ganen. El afán de ganancia lleva a apropiarse cada palmo del territorio del planeta en la forma de valor de cambio, tal tipo de relación nos lleva intermitentemente, en la medida que avanza sobre la naturaleza, al contacto humano con los virus y la enfermedad.
Aunque no podamos ligar aún el covid 19 al cambio climático, pero sí a la expansión ilimitada del mercado, lo cierto es que la investigación científica demuestra como el cambio abrupto y sustancial de los ciclos del agua, y el derretimiento de los hielos en particular, descubre virus antiguos, de muchos de millones de años, que se ponen, liberados, en contacto con la humanidad.
Es la economía la que trae los virus, y esta específicamente ligada a la ganancia, los atrae cada vez más
Es este tipo de producción para la ganancia que tenemos hoy, la que destruye nuestra sostenibilidad vital, la que consume una enorme cantidad de trabajo humano que ciegamente es conducido a destruir nuestra propia sostenibilidad vital como especie y la del planeta.
La experiencia vivida por la humanidad con el covid19, es como un laboratorio intensivo de corto plazo: vivimos la degradación de la calidad de vida de todos los habitantes de la tierra.
Hoy sabemos con certeza, que la promesa de un mundo de abundancia, de consumo sin fin, de progreso lineal tecnológico, de superación de las necesidades, no llegará. Esa búsqueda hecha bajo nuestra actual economía es, en realidad, una distopía y no un paraíso. Ese mundo de felicidad perpetua y creciente, de acuerdo al crecimiento del consumo, no existe ni llegará. No es sostenible. El móvil de la ganancia que ha sido el “deus ex machina” de los últimos tres siglos de la sociedad humana en el mundo, no lleva a ningún paraíso, sino a un infierno.
La vertebra central de la teoría económica del establecimiento, que devino en el neoliberalismo, ha fracasado estruendosamente: El mercado libre no maximiza el bienestar de los individuos ni asigna eficientemente los recursos productivos.
El fracaso de este paradigma ideológico, que no científico, es más profundo incluso, que el hundimiento de las sociedades soviéticas y su muro de Berlín. Hoy lo siente cada ser humano en cada rincón del planeta.
Estamos ante el derribamiento de un paradigma civilizatorio mundial.
¿Qué puede surgir de allí?: Como todo en la historia humana, contradicciones y conflictos, y quizás, la posibilidad de un acuerdo humano.
La sociedad mundial se divide en dos grandes secciones: De un lado, quienes buscan como sobrevivir a los estragos que ocasiona en su territorio la crisis, quienes se mueven por detener un mercado expansivo sustentado en una producción y consumo de combustibles fósiles que originan gases efecto invernadero, quienes caminan y actúan por defender la vida; y por otra parte, quienes quieren mantener el actual sistema de derroche autodestructivo del trabajo y las ganancias en contra de la vida de la gente y del planeta, los defensores de la economía fósil.
Este conflicto vital se trasluce de muy variadas maneras por todo el orbe, se expresa en los éxodos masivos, en la inmigración desbordante, en las guerras por el petróleo, en el empobrecimiento de millones de agricultores, en el hambre creciente, en el desempleo creciente, en el aumento del derroche del trabajo humano en procesos que implican la extinción de la vida; en la destrucción democrática, allí donde nació la democracia.
El éxodo, como diría Negri, es respondido con la barbarie. Tenemos círculos cada vez más amplios de barbarie.
La crisis climática, nos lo muestra el desarrollo del virus, trae aparejada la destrucción democrática que será apoyada por millones de personas temerosas de perder su modo de vivir confortable. Hoy aparecen nuevas ideologías, símbolos, representaciones, que llevaran a estos millones de personas, en todo el mundo, a defender como sea, el modo de vivir adquirido: los supremacistas blancos, los neofascistas, los autócratas, se abalanzarán sobre estados poderosos para defender a como dé lugar, el modo de vivir fósil así este tenga la capacidad de destruir la vida de todo el planeta.
Enormes medios de comunicación tratarán de lograr que toda la humanidad apoye el camino de su propia destrucción. Allí donde la manipulación falle entonces brillarán las armas y los exterminios: El genocidio global.
Hoy en medio de la actual pandemia podemos ver el crecimiento de la barbarie y la antidemocracia. Trump y Bolsonaro, lograron hacer retroceder la OMS y desactivar los confinamientos para llevar a la gente en masa a la producción y el consumo. El confinamiento hería el eje central del capitalismo: la producción, es allí de donde surge la ganancia.
Centenares de millones de personas en el mundo son llevadas hoy, so pena de perder el empleo, a producir y a contagiarse y muchos de ellos a morir.
El confinamiento estricto ante el virus implicaba una política económica que no podía tener otro norte que la redistribución de la riqueza de arriba abajo para garantizar que la familia confinada no muriera de hambre.
Pero no era la gente a la que había que salvar, sino a los dueños del dinero.
Los dueños del dinero, se hicieron a billonarias emisiones de dólares y euros, olvidando la gran lección económica, desde hace dos siglos repetida: la riqueza no nace del dinero, sino del trabajo.
La receta preferida de los dueños del poder ha sido emitir y endeudar. El mundo después de la pandemia saldrá más endeudado que antes, pero sin trabajo. Un mundo que tendrá todo su futuro empeñado, a título de garantía de la deuda, en beneficio de los dueños del dinero, pero sin cómo sustentar la deuda.
Desde el encierro, en sus casas, en medio del temor, la humanidad recibió una enorme lección de economía. Destruyendo todos los manuales de la teoría económica del establecimiento y sus premios nobeles de las últimas décadas, comprobó que la riqueza solo nace del trabajo.
Solo es con la gente, la gran fuerza laboral del mundo, que se puede garantizar que una capa ínfima de la población pueda llamarse rica, consumir y despedazar el planeta a su antojo, exponer a toda la humanidad a la muerte. Solo es con la gente sencilla en el trabajo que se construye la ganancia y el poder. Sin ella en el trabajo, todo el mundo fáustico se desvanece.
Y es por eso, que aparece, también, lo nuevo:
La muerte del otro nos amarga.
La vida del otro, nos hace renacer.
De esta nueva subjetividad nacida en centenares de millones de personas surgen y surgirán nuevos movimientos de la sociedad en defensa de la vida.
Al otro lado de la fortaleza del statu quo y la economía fósil y mercantil, aparecerá una sociedad renovada deseosa de transformar las cosas que solo llevan a la muerte y al derroche destructivo del trabajo.
Se planteará la tarea de tener un sistema de salud global y público, como un bien común global, como lo es el agua y la naturaleza, como lo es el oxígeno, que intentamos encapsular en las maquinitas que reemplazan los pulmones de los enfermos del Covid.
Se planteará las tareas de detener el mercado en su aspecto más nocivo, la propagación de los combustibles fósiles. Se planteará la necesidad de cambiar la relación con la naturaleza, se planteará la insurgencia de una nueva cultura espiritual y productiva.
Ante la insurgencia de la humanidad por la defensa de la vida y la imprescindible derrota del mercado ilimitado y sus gases efecto invernadero, ¿qué papel tendremos nosotros, los que nos proclamamos como progresistas en el mar de la humanidad?
En realidad, no podríamos llevar luz donde ya la humanidad ha prendido las antorchas, podemos es coordinar el esfuerzo, volvernos locales y globales, comunicar, entrelazar el esfuerzo humano para volverlo más eficaz.
La humanidad atemorizada hoy, pero más sabia que antes, espera liderazgos, banderas, nuevos símbolos. Gente que abandone la política correcta acartonada y proponga la audacia que se necesita para reconstituir la vida.
Ya no se trata de reeditar una vieja democracia que tembló y se arrodillo ante el recetario neoliberal que consideró un hecho intransformable. Ya no se trata de reeditar un viejo socialismo sin libertad y sin individuo. Hoy lo nuevo clama por nuevas relaciones sociales de producción y consumo, por nuevas culturas, por nuevas simbologías, pero todas atadas a la vida, al conocimiento y a la libertad
Cada apuesta nueva en el campo económico o tecnológico implica un cambio de relaciones entre las personas, un cambio en el poder, como lo definiera Foucault, no solo el poder visible del Estado, sino el invisible, el que penetra en cada centímetro de la existencia humana, el verdadero poder. Poder que será más femenino, seguro más infantil, seguro más negro e indígena, más de los parias de la tierra, más de los excluidos. Poder que se transformará en más poder de los que no lo han tenido quizás para desaparecer el poder de la historia de la humanidad.
Más democracia viva y multicolor, más capacidad de decisión de la gente sencilla en su territorio, en su nación, en su paisaje.
El progresismo es el que tiene que construir las nuevas sociedades del conocimiento, para originar un nuevo tipo de acumulación, que ya no es la de las cosas innecesarias, sino la acumulación del saber generalizado, la acumulación de la cultura.
Un viejo pensador alemán decía que las revoluciones sólo llegan cuando una manera de producir ya no garantiza el desarrollo de una sociedad. Hoy estamos ante la evidencia que esta manera de producir y consumir que tenemos en el mundo ya no garantiza el desarrollo de la humanidad, la lleva indefectiblemente, a la muerte, a su desaparición como especie viva del planeta que llamamos Tierra.
Magistral Gustavo petro. Urge convocar los educadores para la nueva sociedad por construir.
Es importante tener en cuenta los comentarios para q el conglomerado sea fortalecido desde la cosmovisión de las mentes unidas para un sólo fin.
Me parece q el egocentrismo en la humanidad y la misma ambición de poder enceguecen al hombre de la realidad, desviando el pesansamiento para una toma de desiciones oportuna, inmediata y eficaz deacuerdo al contexto y dentro del marco del flagelo o dificultad; impidiendo q la coherencia vislumbre las mentes de tal manera que se aporten soluciones colectivas con una visión cosmogoníca de acorde a las diferencias étnico socioculturales en pro del interés común y de la humanidad;
dejando como referente el Pensamiento Complejo de (Edgar Morin).
En conclusión podamos hablar de «CosmoPais”
La escuela debe ser la plataforma de la Colombia Humana, sin lugar a dudas. Ahora hay que darle cuerpo, hay que hacer pedagogia con las bases, con lideres a los cuales es necesario mostrarles un camino diferente al del lider adistrado para elecciones y para la corrupcion, como lo han hecho los varones politiqueros de las regiones, que los mantienen aceitados con dadivas. Se requiere una Escuela Nacional, que lidere todo un trabajo de base. Vamos por la democracia y la vida.
Si al socialismo del pasado solo le faltó Libertad e individuos como dice Gustavo; la cosa es fácil, propongamos el Socialismo esta vez con Libertad, mucha Libertad y ciudadanos autónomos, muchos ciudadanos (individuos, los llama)
Muy buen articulo Gustavo, gracias por plantear alternativas diferentes al petróleo y minería, de acuerdo se debe enfocar los recursos a la educacion y al conocimiento, energia renovables y agricultura.
Los panoramas van sujetos a un control político de la información q se consume, las sociedades son volátiles a las situaciones q vayan a favor o en contra de sus sesgos. Asi q tener consensos sólidos es una tarea de impacto; pero sin la guía q cambie esa mentalidad no hay futuro.
Para las elecciones de 2018 elabore una propuesta socioeconomica denominada: Agencia Nacional para la Equidad Laboral, basada en el principio de la Renta Basica – no universal sino para la fuerza laboral informal y paraformal – y la puse a consideracion de Sergio Fajardo. Este, con su miope tibbieza, la ignoro. Si se hubiera implementado, las familias confinadas no tendrian que desafiar el virus y la policia para calmar el hambre. Convencido de que el Senador Petro y Colombia Humana la leeran con interes, la pongo a su disposicion. Favor enviarme una direccion de e mail a la cual pueda enviarla
HACE MAS DE 200 AÑOS ESTAMOS PENSANDO EN UNA COLOMBIA JUSTA..PERO NO SE HA PODIDO HACER UN FRENTE OPTIMO PARA ESTAR EN ESE RANGO DE LA DEMOCRACIA..OJALA SE LLEGUE ESE DIA..2022??..
Brillante como siempre Gustavo Petro
Analizo esta columna y relaciono su intención con una de las más citadas frases de Jesús: soy el camino (conocimiento), la verdad (el conocimiento nos lleva a la verdad, la cual nos dará libertad, y él junto a ella conllevan al poder) y la vida (así, los tres juntos darán bienestar a todos los que vivan en esa comunidad diversa, sin distingos y unida a la -vida- ideal del divino maestro) que vivida como él nos lo mostró, nos pondrá nuevamente al lado de nuestro creador, de nuestro padre
Excelente análisis no sólo de nuestra realidad nacional sino global. Se pregunta uno, «seguimos en el camino de quienes gobiernan para la muerte y la desesperanza o aya amos el camino para mejores condiciones de la vida del ser humano y el respeto por por los recursos de la naturaleza que todo lo provee siendo seres racionales y respetuosos del medio ambiente y la vida», o nos atrevemos a ponernos del lado de tener un planeta sostenible y duradero para todos?. Es hora de adoptar, responsablemente el camino de hacer de Colombia un país mejor para todos, acabando con la politiquería corrupta que tanto daño le hace a Colombia, e invitando a participar al abstencionismo, responsable de que las minorías electorales que se venden y entregan su dignidad por migajas extorsivas, lo sigan haciendo. Es el momento de un nuevo horizonte para todos los colombianos. Actuamos y salimos del mal o nos atrevemos a un a cambio que degnifique nuestra Nación.
Apreciados Gustavo Bolívar y Gustavo Petro: es importante incluir columnistas economistas, ejemplo Ricardo Bonilla, pues necesitamos escuchar y leer opiniones y análisis diferentes a los que hacen economistas como Sergio Clavijo, Mauricio Cárdenas, Santiago Montenegro, Carlos Caballero, Fedesarrollo, el presidente de la ANDI, etc, que todos los días tienen tribuna en los medios de comunicaciónes tradicionales y nos dan una visión de hacia donde va el empresariado frente a los efectos económicos de la pandemia. Ni que decir de las centrales obreras, a las que ni siquiera les hemos visto un reclamo al gobierno ante el maltrato laboral que viven desde años atrás los trabajadores y profesionales del sector salud.
¿Más democracia? pero si nunca la ha habido, si democracia es que vengan unos dictadores disfrazados de demócratas y gobiernen, es una torpeza calificarla de democracia.
buen día GUSTAVOS.
Estoy con ROSMARY El pueblo busca JUSTICIA y, no respeto y cercanía con sus verdugos
Hay gente sobretodo joven que para abrir la boca no se educo (aca en COLOMBIA NO HAY EDUCACION ) esta acostumbrada a decir grosería tras grosería.Si debemos de evitar esto pero no alejarnos de nuestra COLOMBIA HUMANA.
Excelente artículo. Estamos en la tarea de construir la fuerza social y política del cambio; ojalá no nos demoremos mucho porque el tiempo apremia.
Señor Petro, estamos llegando al fondo de la humanidad por un neoliberalismo caníbal que no ve sino enriquecimiento de pocos y la desaparición de sistemas que no van a poder con estos poderes económicos, gracias por mostrarnos esta dura realidad, desde Boyacá lo seguire apoyando un abrazo y fortaleza en esa labor de mostrar la verdadera pamdemia de este pais, la corrupción
Es ingenuo creer que quienes ostentan el poder, se van a conformar con ver que los progresistas ganaron las elecciones democráticas. Hay que contar con ellos, hay que persuadirlos a ellos, sino sería inevitable una confrontación violenta.
Buscar que dentro de ellos mismos su avaricia se transforme en productividad sostenible y más tarde se transforme en generosidad restaurativa, que paulatinamente ellos mismos repelan su opulencia como objetivo de vida. Para que esa riqueza que está en las cumbres comience a fluir hacia los valles. Porque esa riqueza fue producto del trabajo de todos.
Creo en el progresismo porque no excluye lo humano, ese sentir humanista de alteridad, respeto y consideración humana, al medio ambiente, para hacer del planeta tierra un lugar de encuentro entre la humanidad y la racionalidad con la naturaleza, la vida digna, dejar atrás el consumismo salvaje, y por ende unos gobiernos deshumanizados e implacables que explotan a los trabajadores para lograr darle gusto a los que como bien expone usted senador «dueños del dinero», sin querer darse cuenta que el trabajo significa al ser humano, lo hace libre, le da capacidad cognitiva, desarrolla su intelecto, así le puede aportar al progreso de su país. Gracias Dr. Gustavo Petro, y vamos para adelante con Colombia humana y usted cómo PRESIDENTE.
Lo único bueno de todo lo que esta sucediendo en el planeta, es sin duda, que la mayoría de las personas( actualmente confinadas) se están dando cuenta que este modelo imperante les robo sus sueños, su futuro y les ha dejado a muchos miseria y enfermedades. Lejos de crear bienestar y riqueza solo sufren del engaño con migajas, so pena de convertir a estos rufianes, dueños del capital financiero, en cada vez mas rico a costa del sufrimiento de una población y de un planeta que a no aguanta mas. Gracias Sr. Petro por empujar el carro por el lado correcto, la historia se lo agradecerá.
Excelente columna. Este desastre económico, sólo se arregla con un cambio político profundo.
Apreciado Gustavo. Lo sigo desde hace años desde mi exilio voluntario y hago mi trabajo por la Colombia Humana desde mi “trinchera”. Me identifico y sigo las premisas del “Progresismo, ¡SI!, difícil tarea en la que estamos. Nuestro movimiento se encuentra desorientado y más aún confundido, por la columna, “Jauría humana” de su periodista Andrés Hernández, en la que expone a los activistas de este conglomerado, generando galimatías tanto en la filosofía, como en las formas de comunicación de quienes incluso exponen la vida. Su columna, pésimamente escrita, extravía a los seguidores de la colectividad. El pueblo busca JUSTICIA y, no respeto y cercanía con sus verdugos, eso sería definitivamente DESHONRA. Así no funciona la liberación, y Ud. que es docto en historia lo sabe. El que Ud. no use vocabulario de grueso calibre, no significa denigrar de la expresión popular, esto es erróneo y perjudicial. Los círculos cercanos son de vital importancia en toda comunidad, de modo que escoger con pinzas a los más cercanos es tarea dispendiosa. Ahora nos preguntamos: ¿Hacia dónde va Colombia Humana? ¿A quiénes quiere conquistar para liberar? Los cambios son necesarios. Definitivamente, con Andrés vamos ¡MAL!
Es interesante ver cómo una sociedad de consumo va directo a la crisis y lo único que procuramos es defender ese derroche de nuestros recursos
Es hora del cambio y el compromiso dentro de un marco constitucional y apegado a la verdadera democracia , debemos comenzar por comprometernos de manera individual con ese cambio ,el estado debe asumir su papel de garante a una población para que esa población goce de aquellas cualidades que le permitan vivir con dignidad es decir educación , salud ,vivienda , alimentación adecuada y recreación es decir lo básico , dentro de un planeta limpio el cual esa población debe mantenerlo limpio ya que le garantizará su supervivencia
Que bien
Muy buena lectura, Petro, lo felicito. Soy buen lector, y esta columna, es una muy agradable lectura. Gracias.
Los problemas terrenales deben encontrar respuesta un situ y esta radiografía descarnada pero realista, hecha por el líder opositor, con alto contenido humanista es mucho más realista y cercana a la compleja realidad que los planteamientos hechos por eternizadores de Dioses cuestionados cifrados en subjetividades esperanzadoras sin ninguna acción verificable.
Una columna de opinión convertida en una obra maestra, por lo visionaria y esencial. Por que no ofrece promesas, sino por que presenta los fundamentos para desarrollar una sociedad post SARS-2 COVID-19. Que maravilla ser Colombiano, cuando otro Colombiano puede articular los conceptos esenciales de una nación.
un breve tratado de economia basica…..exelente
Es G.P quien nos llena de ESPERANZA en momentos tan desoladores para los colombianos. Hemos sido tan golpeados, tan destrozados fisica y moralmente por los gobernantes de turno que a veces pensamos que NO hay solucion. GRACIAS PETRO por alumbrar esa LUZ multicolor!
Excelente reflexión.
Una precisión, el planeta no está en riesgo, en la historia del planeta han existido cinco extinciones y el planeta continúa. Están en riesgo las especies, entre ellas el homo sapiens, principal responsable del posible exterminio.
Si la relación entre los humanos, de dar y recibir se siga ejecutando, prioritariamente, sólo por dinero, el progreso será lento.
Es la verdad que no nos queremos, somos una humanidad ignorante, que pocos que tienen la suerte del dinero nos tienen bajo su propia muerte. El que dice es el pueblo que permitimos todo lo que nos pasa y lo pagamos, no nos damos cuenta del valor de la vida.
GP. Es hora del desarrollo humano de sus territorialidades expandiendo el verdadero enfoque endógeno del poder de las bases. Por fuera de las mafias regionales.
Como corolario de este magistral discurso, ponencia real de nuestra actual coyuntura, con humildad me atrevo a decir dos cosas:
1) La SENSIBILIDAD es la columna vertebral de un Progresismo naciente, anclado en el Bien Común.
2) La siguiente interrogante ¿Es el DINERO, la garantía de la Ética y la Moral?
Reflexionar sobre estos dos aspectos que los partidos políticos, con sus consecuentes sistemas de gobierno han fracasado y nos encontramos en el umbral de dos corrientes de pensamiento: El de la Vida y el de la Muerte.