Por: Jorge Aguilera PhD / Twitter: @_JorgeAguilera
Me preguntan en una reunión de periodistas latinoamericanos el origen de las caricaturas de “Retador” y la tergiversación de las columnas de “Los Danieles” en el sitio “los danieles.net” a lo cual me permití hacerles una amplia explicación.
Si algo ha caracterizado al uribismo como estrategia para someter a la sociedad colombiana a sus designios, es el uso de la mentira y el engaño.
Partiendo de elementos como la manipulación lingüística en el Centro de Memoria Histórica se reescribe el pasado en donde no hubo conflicto y por tanto tampoco víctimas. Los desaparecidos causados por este movimiento no solo se suman en muertos sino en palabras.
Pero cuando no desaparecen las palabras aparecen los eufemismos, hermosos nombres que al mejor estilo del nacismo van sedando a la sociedad con el bello lenguaje que describe hechos macabros.
Si con ello no se alcanza a cubrir el trucaje vendrán las generalizaciones, las exageraciones y con ellas, claro, las falacias de todo tipo, las falsas asociaciones, la mentira hecha cifras, la prestidigitación del lenguaje para la estafa.
La gran máquina de información falsa del uribismo no sería nada sin su razón de ser, la calumnia. Calumnias contra jueces, periodistas, artistas, profesores, comunidades y claro, opositores.
La agresión y la burla contra la sociedad colombiana y sus valores son permanentes, un lenguaje público que protege intereses privados es apenas parte del doble discurso para mostrar ser una cosa y ser otra.
Para la muestra la suplantación y el plagio que dieron origen al inicio de esta conversación con periodistas de todo el continente.
Uno a uno les mostré los portales informativos desde donde se distribuye información falsa para todo el país, Panamam post, Oiga Noticias, La Gazeta, imágenes interminables, El Realista (Un sitio de info falsa que se llama El Realista, hágame el favor), sitios y sitios que utilizan como “puente falso” (Tipo de táctica para fake news en donde publico algo falso que respalde mi hipótesis, y lo referencio como si fuera confiable) para su estructura de divulgación de su teatro. Perfiles, influenciadores y sus líderes divulgando información falsa a sabiendas que lo es.
La ruindad en esta práctica no tiene límites, no solo construyen información falsa desde el lenguaje, también lo hacen fabricando montajes, armando testigos, publicando videos falsos, fotos sin contexto de tiempo y lugar, todo bajo un solo objetivo, someter a la sociedad colombiana a sus designios de sangre.
Ah, se me olvidaba, también premian con cargos diplomáticos a quienes los apoyan con esta práctica de lucha.
¿PARA QUÉ MENTIR?
Movimientos como este con ideologías como la que los inspira, generalmente mienten para ocultar o favorecer la comisión de delitos.
De allí la articulación de campañas de desprestigio contra jueces, contra instituciones de justicia y contra periodistas que denuncian sus conductas.
Pero hay que ser honestos, a veces también mienten para desviar la atención, para que la opinión pública mire para otro lado, para que el humo no deje ver el faltante, para que mientras una mano te indica el horizonte, la otra te pueda dejar en la inopia.
Mentir para generar pánico será una de sus prácticas comunes. El 22N, la famosa “Noche del Pánico” en la que los vecinos salieron a dispararle a los demás en Cali y Bogotá, con un resultado de 3 muertos, es una muestra de ello.
Un encapuchado desde las cuentas del Centro Democrático anunciando que las ciudades serían destruidas, María Fernanda Cabal llamando a la protección de los conjuntos mientras por cadenas de WhatsApp una voz alterada advertía que se habían metido al conjunto de al lado. Entre tanto Margarita Restrepo compartiendo videos viejos de Transmilenio en llamas.
El pánico y la sangre los nutren.
Pero hay algo que demuestra la falta total de ética y valores, su permanente estrategia para pretenderle mostrar a la ciudadanía que la verdad no es cierta.
Afortunadamente Bertolt Brecht nos lo recuerda: “El que no conoce la verdad es simplemente un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira, ese es un criminal!”
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Muy cierto. La verdad sea dicha.
Muy buen editorial,gracias a periodistas que no an vendido su estudio muchos colombianos de a pie nos podemos dar por enterados de todo el trejemaneje quede práctica en nuestro pais