Cientos de separatistas catalanes se congregaban este miércoles en los alrededores del estadio Camp Nou, escenario a partir de las 19H00 GMT del clásico del fútbol español entre Barcelona y Real Madrid que se juegan el liderato de la Liga.
Aunque provocaron el corte de algunas calles de los alrededores del estadio, la calma reinaba en los diferentes focos de la manifestación, cuyos organizadores señalaron que para realizar la acción preparada “es imprescindible que el partido se pueda disputar”.
“Queremos que se vea en todo el mundo, especialmente en Europa, (…) que España no quiere dialogar ni escuchar” las reivindicaciones de los independentistas, dijo a la AFP Coaner Peremiquel, una estudiante de 20 años en la protesta frente al Camp Nou.
Para evitar incidentes o incluso una hipotética suspensión del partido, la policía desplegó un dispositivo de más de 3.000 efectivos, reforzó los controles de acceso y acordonó la calle entre el hotel donde se alojan las plantillas y el estadio.
Los dos gigantes del fútbol español chocan casi dos meses después de la fecha inicialmente prevista, el 26 de octubre, cuando las protestas y altercados en Barcelona tras la condena a prisión ese mes de nueve dirigentes separatistas por un intento de secesión en 2017 llevaron a su aplazamiento “por circunstancias excepcionales”.
– Un Tsunami independentista –
Sin embargo, el retraso en su celebración no ha desanimado a la misteriosa plataforma independentista Tsunami Democrático, que espera utilizar un evento con una audiencia estimada de 650 millones de espectadores en el mundo para dar publicidad a sus reivindicaciones.
Esta plataforma ya ha llevado a cabo acciones de envergadura como el bloqueo parcial del aeropuerto de Barcelona o el corte en noviembre durante dos días de la principal autopista entre España y Francia.
Ahora, Tsunami quiere hacer una acción visible “en las gradas y el terreno de juego” con su eslogan “Spain, sit and talk (España, siéntate y dialoga)”, un llamado que busca el diálogo entre el gobierno central y las autoridades regionales independentistas.
En un mensaje, esta plataforma anónima recordó que “para realizar la acción de Tsunami Democratic es imprescindible que el partido se pueda disputar y la afición con entrada y carné pueda entrar al estadio”.
En las inmediaciones del estadio, entre cánticos a favor de la independencia y de aliento al FC Barcelona, numerosos voluntarios repartían carteles azules con el lema de la plataforma junto a las palabras “Libertad, derechos, autodeterminación”.
Entre los manifestantes, también reinaba cierto desconcierto. “Dicen que será una acción sorpresa pero no sabemos qué es, aunque creo que el partido se podrá jugar”, reconocía Antoni Rabull, un jubilado de 73 años.
– Encuentro igualado –
Históricamente afín al nacionalismo catalán, desde el club se había pedido hacer “compatible” la disputa del encuentro con las reivindicaciones políticas, que suelen tener eco en las gradas del Camp Nou.
Como medida excepcional, los dos equipos se concentrarán en un mismo hotel, en las cercanías del Camp Nou, desde donde se trasladarán juntos al estadio dos horas antes del partido.
La calle que unía su alojamiento con el campo estaba totalmente cortada por la policía, que también dispuso un helicóptero para sobrevolar esa zona.
“Dijeron que tenemos que salir juntos y vamos a salir juntos, no hay que explicar más cosas por ahí”, afirmó el martes el técnico blanco, Zinedine Zidane, añadiendo que “no sé si es una derrota o no” jugar un clásico en estas condiciones.
En el Camp Nou, Barcelona y Real Madrid se juegan el liderazgo de la liga española, que ambos encabezan empatados a 35 puntos.
“Estamos igualados en todos los sentidos, comparado con los otros partidos que hemos jugado aquí, no hay tanta diferencia”, dijo el martes el técnico del Barcelona, Ernesto Valverde.
Los dos equipos llegan al encuentro en su mejor forma desde el inicio de la temporada con ventaja en la tabla liguera, clasificados para octavos de final de la ‘Champions’ y con unas delanteras afinadas lideradas por Karim Benzema y Leo Messi.
El rendimiento de francés y argentino será crucial para decidir tres puntos de oro antes de la última jornada de Liga del año, este fin de semana.