Tras las audiencias de reconocimiento de la JEP que se adelantan en el municipio de Ocaña, once militares se han encontrado frente a frente con las madres de las víctimas de los falsos positivos. Ellas, aunque completamente afectadas por cada relato, celebran que hoy se adelante la reparación con la verdad por parte de los victimarios
Una de las mujeres que ha prestado su relato sobre lo que está ocurriendo en las audiencias es Blanca Nubia Monroy, madre del joven Julián Oviedo, joven de 19 que se trasladó de Soacha a Ocaña por una promesa laboral, y luego fue asesinado y señalado como guerrillero.
“Siempre soñé con este momento, donde ellos se pararan y dijeran que mi hijo no era un guerrillero, siempre le pedí a Dios que llegara este momento (…) aquí estoy y seguiré en la lucha para que estas personas digan la verdad y digan quién les dio la orden” expresó Blanca Monroy en Caracol Radio.
En el mismo medio aseguró: “Nadie imagina lo que significa perder un hijo, este vacío no se repone, hasta que Dios se acuerde de nosotras. La honra de nuestros hijos empieza a ser limpiada después de las falsas acusaciones que hicieron ellos”.
Justamente, en la audiencia que se adelantó hoy el antiguo comandante de la Brigada Móvil 15 entre 2006 y diciembre de 2007, el excoronel Santiago Herrera Fajardo, aceptó su responsabilidad en los ‘falsos positivos’ y describió la manera como presionó a sus subalternos para que estos hechos ocurrieran.
“Reconozco que por mi exigencia y por exigirle a mis subalternos, en estos resultados fueron asesinadas personas que nada tenían que ver con el conflicto armado, personas que eran campesinas y trabajadores del Catatumbo, como también jóvenes que fueron trasladados de otros lugares a esta región, para ser presentados como muertos en combate”, dijo el excomandante.