Por Alejandra Peña
Hace 30 años Colombia amanecía con una triste noticia: el dirigente político más destacado del momento, había sido asesinado en Soacha.
Luis Carlos Galán cumple este domingo 30 años de su magnicidio. El candidato presidencial de Colombia en 1989 fue asesinado en la noche del 18 de agosto de ese mismo año en la plaza de Soacha, mientras ofrecía un emotivo discurso a más de 10.000 personas.
El dirigente político más importante del momento se perfilaba como un contundente ganador por ser el símbolo de lucha contra la corrupción y contra el narcotráfico. Con la muerte de Galán, para muchos murió la esperanza de soñar con un país mejor.
Con su gallardía y su ‘verbo fácil’, Galán denunció en la plaza pública y en Congreso de la República las infiltraciones de la mafia del narcotráfico en la política y actos de corrupción descarados.
Aquel 18 de agosto, el líder de 45 años subió a una improvisada tarima en Soacha y, mientras daba un discurso, los asesinos se encontraban mezclados con los seguidores del político y con varios disparos silenciaron la vida de un político que no temía a la verdad.
Para muchos, su mensaje sigue vivo e intacto, pero para otros, no llegará un político que se iguale.
Luego de este asesinato, posteriores candidatos de la izquierda colombiana corrieron con la misma suerte: Bernardo Jaramillo en marzo de 1990 y Carlos Pizarro León el 26 de abril de ese mismo años.
Para muchos, Luis Carlos Galán inspiro a toda una generación a servir al país y a hacer cambios “de los cuales todos debemos ser partícipes”.
Sus hijos Juan Manuel Galán y Carlos Fernando Galán, han participado activamente en la política del país, tratando de seguir el legado de su padre, sin embargo, para muchos ellos solo quieren hacer politiquería con su apellido.
Pese a que 30 años después no es esclarezca la verdad, actualmente han sido condenados el exministro Alberto Santofimio Botero, quien habría sido el instigador de Pablo Escobar para dar la orden de cometer el magnicidio; también está condenado a 30 años de cárcel el exdirector de la policía secreta Miguel Maza Márquez, quien habría sido el responsable de debilitar el esquema de seguridad del político colombiano.