Por Victoria Sandino
Cuatro años en el Congreso de la República, trabajando activamente en la Comisión Séptima de Senado, yendo hasta el corazón de los territorios, viviendo de cerca sus problemáticas, luchando junto a aquellas por sus derechos; pude constatar que en medio de la pandemia del Covid 19 la salud se convirtió en un tema aún más crítico. Se puso en jaque el sistema de salud mostrando sus profundas debilidades: las EPS se convirtieron en el cuello de botella para el flujo de recursos al sistema de salud, y el gobierno no actuó de manera oportuna para contener la dispersión del virus.
No hay duda que con el nuevo gobierno se abre la oportunidad para hablar de un sistema de salud integral, acorde a las y los colombianos y a las necesidades de una buena salud en el país. Recordemos que en medio de la pandemia el Gobierno saliente de Iván Duque en cabeza de su bancada adelantó un proyecto de ley que buscaba terminar de entregar la salud a grandes conglomerados internacionales del aseguramiento, a través del famoso proyecto de ley 010 que no solucionaba las fallas del sistema, sino que, lo profundizaba aún más.
Este proyecto causó un gran malestar social a tal punto que se convirtió en el segundo punto más importante de reivindicación en el Paro Nacional, producto de la crisis social que se estaba viviendo. La lucha por el 010 nos llevó a una articulación pocas veces vista entre amplios sectores sociales y la bancada de parlamentarios que estábamos en la oposición y que en la comisión 7a habíamos presentado ponencia negativa. Esta lucha provocó el hundimiento del famoso proyecto.
El trabajo conjunto que realizamos frente a la reforma de salud presentada por el gobierno, indicó que el país estaba en mora de un gran Acuerdo Nacional sobre temas críticos como la salud. Así que, esta lucha, me llevó a presentar el proyecto de ley, Plan Nacional de Salud Rural para el Buen Vivir, plan que hace parte del punto 1 de Reforma Rural Integral del Acuerdo de Paz, que busca un modelo diferente para la ruralidad, no dependiente de las EPS que donde existen, operan deficientemente.
En ese trabajo con las comunidades, con las mujeres, nos inspiró profundamente para pensarnos en avanzar en la garantía de derechos en materia de salud para las mujeres, para un buen vivir, para vivir dignamente y en bienestar, así que construimos y presenté proyectos sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos, como el de licencia menstrual, el proyecto de eliminación de barreras a métodos anticonceptivos, y el proyecto de gestoras comunitarias rurales de salud.
Continuando en la línea del buen vivir, radiqué igualmente el proyecto de asistentes personales para personas con discapacidad, proyecto construido con lque les permita ganar autonomía y calidad de vida; también el de cuidar a quien cuida, que no es otra cosa que el reconocer la pensión anticipada por alto riesgo a la salud de las y los agentes escoltas que nos cuidan a líderes y lideresas sociales, políticas, defensoras y defensores de Derechos Humanos.
Revisando la propuesta del plan de gobierno del presidente Petro y la vicepresidenta Francia, encuentro que está inspirado en un modelo predictivo y preventivo, que también están contemplados en el plan de salud rural, el cual comparten aspectos como, equipos de atención domiciliaria y el fortalecimiento de los hospitales públicos, entre otros.
En esta lucha y esperanza por la paz, esperamos que el nuevo gobierno recoja las iniciativas del Plan Nacional de Salud Rural para el buen vivir, y las integren a un nuevo sistema de salud para la vida, como parte de ese propósito de convertir a Colombia en una potencia mundial de vida que puede ser un apuesta verdaderamente revolucionaria e inspiradora para un mejor futuro de nuestro país, por el que hemos luchado tanto, de bienestar para todas y todos quienes lo componemos.