El 5 de mayo pasado se conmemoró un año del asesinato de Lucas Villa, el estudiante de la Universidad Pedagógica de Pereira que fue asesinado durante el Paro Nacional. La justicia ha sido tardía y aún no hay condenas para los autores materiales o intelectuales, no obstante, recientemente fueron revelados audios que demostrarían una coordinación de las autoridades para no acudir al lugar de los hechos ni socorrer a las víctimas.
En una trágica noche de mayo de 2021 desconocidos que se transportaban en un vehículo se aproximaron a la multitud en la capital risaraldense, que durante horas se manifestó en lo que sería el estallido social más importante en los años recientes en contra del gobierno de Iván Duque, y soltaron una ráfaga de disparos contra la gente. Allí, Lucas Villa recibió ocho impactos en su cuerpo.
Antes de que cayera la noche ese 5 de mayo se registró al joven estudiante marchando alegre y en paz al ritmo de la música que llevaban en la manifestación por la zona del viaducto de su ciudad, hasta que una rafaga de disparos, que parecen fríamente calculados, acabaron con su alegría.
Casi 7 meses después de su asesinato una investigación periodística reveló que al parecer la policía omitió actuar de forma diligente, pues en un video inédito registrado por una cámara de seguridad mostró que hubo policías que pasaron por el lugar poco después que hirieron a Villa, pero no se quedaron a preguntar qué había pasado.
Ahora, después de un año y un mes, aunque las autoridades y la justicia no ha tenido avances significativos en la investigación, ni resultados concretos para esclarecer el asesinato, se dieron a conocer audios que confirman que la Policía cometió graves omisiones aquella noche
Colombia+20 de El Espectador tuvo acceso a unas conversaciones que fueron entregadas por la Policía a un investigador judicial, en ellas se muestra que el PMU, en cabeza del coronel Aníbal Villamizar, se enteró casi de inmediato del atentado, pues a las 7:37 pm de esa noche un radioperador de la Estación Pereira recibió el reporte, de ahí en adelante el actuar de las autoridades deja varias dudas.
En medio de los hechos los testigos realizaron varias llamadas para que las autoridades hicieran presencia en el lugar, pero la actitud de los comandantes fue elusiva, pues siempre dieron la orden de no asistir al lugar, además, pese a los relatos de los habitantes del sector, algunos uniformados especulaban que en el lugar se estaban manipulando explosivos y que todo se había tratado de una autolesión.
La central ordenó no asistir al lugar exacto en el que ocurrieron los hechos pero sí ordenó a los cuadrantes visitar clínicas y ubicar a familiares o amigos de las víctimas. “Un jefe lo planteó así: “Más allá de lo que esté pasando, nos van a pedir cuentas por esos lesionados; entonces mirar, hermano, a ver qué podemos obtener” documentó El Espectador.
Esa noche ordenaron detener y revisar todos los vehículos blancos, lo curioso es que los comandantes no hayan mostrado interés por las motocicletas, que fue el medio de transporte que utilizaron los sicarios para el asesinato.
Estos y otros detalles que se revelan en Colombia + 20 siguen generando grandes dudas sobre el macabro asesinato que enlutó a todo un país.