En un acto público en la Plaza de Bolívar de Bogotá, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, emitió un pedido de perdón a las madres de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales ocurridas en los años 2004-2008 en Soacha y Bogotá. En el evento, Petro reconoció la responsabilidad del Estado colombiano en estos asesinatos, cometidos por miembros del Ejército Nacional. Esta admisión se basó en decisiones judiciales que ordenaron llevar a cabo un acto público de perdón y reconocimiento de responsabilidad por estos crímenes.
Las ejecuciones extrajudiciales, conocidas como “falsos positivos”, se refieren a casos en los cuales miembros de las fuerzas armadas presentaron a civiles asesinados como combatientes enemigos abatidos en combate, en un esfuerzo por mostrar resultados en la lucha contra grupos armados ilegales. En este contexto, 19 jóvenes residentes en Soacha y Bogotá perdieron la vida injustamente.
Durante su intervención, el presidente Petro se dirigió a las madres de las víctimas, destacando su importancia como figuras representativas de la maternidad en Colombia. Afirmó que esperaba que la sangre de sus hijos contribuyera al crecimiento y desarrollo de una Colombia próspera y pacífica en el futuro. Además, enfatizó que este reconocimiento no buscaba venganza, sino revelar la verdad detrás de estos crímenes y sentar las bases para la reconstrucción de la sociedad colombiana.
Las revelaciones sobre estos trágicos sucesos provienen de la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), que estableció que al menos 6,402 colombianos fueron víctimas de estas prácticas ilegales entre 2002 y 2008. Esta investigación reveló que el 66% de las víctimas se concentró en varias regiones del país, incluyendo Antioquia, Meta, Caquetá, Cesar, Norte de Santander, Tolima, Huila, Casanare, La Guajira y Cauca.
El presidente Petro también subrayó la importancia de enfrentar la verdad y dejar atrás la oscuridad en busca de una sociedad basada en los valores de la democracia y la constitución. Se preguntó sobre el papel de la paz en la sociedad colombiana y reafirmó el compromiso de su gobierno en la búsqueda de la verdad y la reconciliación.
Este acto de perdón, ordenado por decisiones judiciales, es un paso significativo en el proceso de esclarecimiento de la verdad y la búsqueda de la reconciliación en Colombia. Estos eventos históricos continúan marcando la compleja relación entre el Estado y los derechos humanos en el país, así como la importancia de la justicia y la rendición de cuentas en la construcción de un futuro más pacífico y equitativo.