sábado, enero 18

Presidente Evo Morales renuncia a la presidencia de Bolivia

por AFP

La dimisión este domingo del presidente Evo Morales, después de tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las fuerzas armadas, dio pie a festejos en las calles y a la detención de altos funcionarios electorales, sin que se sepa todavía quién tomará las riendas del país.

“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales por la televisión desde Cochabamba (centro), mencionando a los líderes opositores que convocaron las protestas acusándole de fraude electoral en los comicios del 20 de octubre.

El que fue primer presidente indígena de Bolivia, forjado políticamente como sindicalista cocalero, se fue defendiendo su legado que, según él, trajo progreso económico y social a una de las tres naciones más pobres de América Latina.

“Estamos dejando a Bolivia con muchas conquistas sociales”, dijo en su mensaje de renuncia el mandatario de 60 años, que aseguró que no abandonaría su país.

Morales denunció en la noche que había una orden de arresto “ilegal” contra él, una afirmación negada poco después por el jefe de la Policía, el general Yuri Vladimir Calderón.

Sin embargo, el líder cívico derechista Luis Fernando Camacho, que encabezó el movimiento de protestas contra Morales, confirmó en un tuit la orden de arresto.

La plaza Murillo de La Paz, donde se encuentra el Palacio Quemado, la vieja casa de gobierno, se llenó de gente que celebraba la renuncia de Morales, presidente de Bolivia durante casi 14 años, un récord nacional de permanencia en el poder.

“Este sonso, que no sabe pensar, se ha ido por la ventana; qué bien, estamos felices”, dijo a la AFP la comerciante Reggina Sojas, de 61 años.

Mientras, un grupo intentaba arriar la “whipala”, el símbolo ajedrezado de las culturas indígenas, que la policía procedió a retirar de los principales edificios públicos.

Por la noche se registraron actos violentos en La Paz y la vecina ciudad de El Alto, con incendios a autobuses municipales y las casas de un líder cívico y de una periodista, según denunciaron los afectados.

– Vacío de poder –

Los resultados de una auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) difundidos este domingo, que hablaban de “serias irregularidades” en las elecciones, desencadenaron los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Morales.

Por la mañana, tras conocerse ese informe, el expresidente ofreció celebrar nuevos comicios, pero no logró aplacar la ira de la oposición.

Durante la jornada, enfrentó una avalancha de renuncias de altos funcionarios, en algunos casos después de que les quemaran sus casas, y la presión decisiva de los militares y la policía, que acabaron reclamando su dimisión.

“Pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el general Williams Kaliman.

Tras la renuncia de Morales, la policía detuvo a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Choque, y a otros responsables de ese órgano por orden de la Fiscalía, que investiga irregularidades cometidas en las elecciones.

Bolivia vive ahora un vacío de poder, por la renuncia de todas las autoridades que formaban la cadena de sucesión constitucional.

La Constitución establece que la sucesión recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.

La segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Añez, reivindicó su derecho a asumir la presidencia de Bolivia.

– Cuba y Venezuela hablan de “golpe” –

Los principales aliados ideológicos de Morales en Latinoamérica, Cuba, Venezuela y Nicaragua, tildaron de “golpe de Estado” los acontecimientos.

“Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente @evoespueblo”, escribió en Twitter el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

La embajada de Venezuela en La Paz fue tomada durante la noche por “encapuchados”, informó la jefa de la legación, Crisbeylee González.

Desde Argentina llegaron dos mensajes distintos. El gobierno de Mauricio Macri llamó a “preservar la paz social y el diálogo en Bolivia”, y Perú pidió una “transición” democrática del poder. Pero el presidente electo, el peronista de centroizquierda Alberto Fernández, denunció un “golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército”.

Aunque Morales dijo que no abandonaría Bolivia, México le ofreció asilo, según anunció el canciller Marcelo Ebrard, que indicó que “20 personalidades del Ejecutivo y legislativo de Bolivia” se habían refugiado en la legación mexicana en La Paz.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó por su parte “a todos los actores relevantes a abstenerse de la violencia, reducir la tensión y ejercer la máxima moderación”, según un comunicado de su portavoz, Stéphane Dujarric.

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