El presidente Gustavo Petro suspendió las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) luego de una ola de violencia en el Catatumbo que dejó al menos 30 muertos, incluyendo cinco firmantes de paz de las extintas FARC, y provocó el desplazamiento de más. de 70 familias. Los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias del antiguo frente 33 de las FARC encendieron las alarmas del Gobierno, que calificó los hechos como “crímenes de guerra”.
“Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”, expresó Petro en su cuenta de X, antes de que Vera Grabe, jefa negociadora del Gobierno, reafirmara la suspension.
Justamente, los ataques se registraron en los municipios de El Tarra, Convención y Teorama, en Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela. Las víctimas, antiguos guerrilleros desmovilizados tras el acuerdo de paz de 2016, fueron asesinadas en sus propias viviendas, según informes preliminares. Además, la violencia dejó un saldo de decenas de desplazados y una profunda crisis humanitaria en la región.
El diálogo con el ELN, iniciado en noviembre de 2022 como parte de la política de “Paz Total” del Gobierno Petro, ya enfrentaba dificultades. La tregua bilateral expiró en agosto de 2024, y desde entonces, el ELN ha sido señalado por más de una docena de atentados, incluyendo un ataque en Arauca que dejó dos militares muertos y 26 heridos.
Además, las tensiones se agudizaron con la decisión del Gobierno de negociar con el Frente Comuneros del Sur, una facción disidente del ELN en Nariño. Esta división interna y las constantes agresiones a civiles y líderes sociales han obstaculizado cualquier avance significativo en las negociaciones.
La masacre en el Catatumbo ha generado un rechazo unánime. Naciones Unidas instó al cese inmediato de la violencia, mientras que líderes como Iván Cepeda y León Valencia pidieron al ELN rectificar su postura. “No podemos sentarnos nuevamente en este momento con el ELN”, afirmó Cepeda, enfatizando la urgencia de una decisión inequívoca de paz por parte de la guerrilla.
El expresidente Juan Manuel Santos también se pronunció, recordando que la paz no puede construirse mientras se ataca a firmantes de acuerdos y líderes sociales.
La suspensión de los diálogos representa un duro golpe para la política de paz de Petro, que buscaba poner fin a seis décadas de conflicto armado. Los analistas advierten que la decisión podría intensificar las hostilidades en las regiones más afectadas por la guerra.
Mientras tanto, el ELN ha respondido con panfletos amenazantes que auguran más violencia en el Catatumbo, dejando claro que la paz sigue siendo un objetivo esquivo en Colombia.