
En un giro que desató indignación entre sectores ciudadanos y del Gobierno, la Comisión Séptima del Senado decidió archivar la reforma laboral por ocho votos contra seis. La decisión se tomó tras cinco horas de debate en las que se discutió la ponencia mayoritaria que pedía el hundimiento del proyecto.
Mientras en el recinto se desarrollaba la votación, en las calles se sentía el descontento. Cientos de ciudadanos se movilizaron hasta la Plaza de Bolívar para exigir la aprobación de la reforma, en una manifestación que concluyó apenas una hora antes de que se tomara la decisión final en el Congreso.
El rechazo al archivo del proyecto se hizo evidente dentro y fuera del Senado. La senadora María José Pizarro (Pacto Histórico) expresó su descontento con un mensaje claro: “En la calle nos vemos, Colombia”, mientras sus compañeros de bancada gritaban “¡Consulta popular!” al cierre de la sesión.
El presidente Gustavo Petro, desde la Plaza de Bolívar, lanzó una advertencia a los legisladores: “Si el Congreso no cumple con el trámite de la reforma, el pueblo los saca”, refiriéndose a las próximas elecciones.
A pesar del revés en el Senado, el Gobierno no piensa rendirse. “No nos importa si se hunde la reforma, la consulta va sí o sí”, aseguró el ministro del Interior, Armando Benedetti. Esta estrategia busca llevar la reforma directamente a la ciudadanía a través de un mecanismo de participación democrática.
Además de la consulta popular, desde el Senado se plantea una apelación para que otra comisión estudie nuevamente la iniciativa. Así lo anunció el senador Fabián Díaz (Alianza Verde), quien llevará el caso ante la plenaria del Senado con la intención de revivir el proyecto.
Mientras el Congreso cierra el capítulo de la reforma laboral en su tercer debate, la ciudadanía y el Gobierno parecen decididos a mantener viva la discusión en las calles y en las urnas.