Por: Sara Isabel Bolaños
Algunos gremios productivos del país han señalado que tras ocho días de paro nacional presentan pérdidas por más de $350.000 millones. Sin embargo, el país ha tenido innumerables pérdidas con más de dos décadas de neoliberalismo.
Para refrescar la memoria, desde hace 7 años que entró en vigencia el TLC con Estados Unidos, Colombia había perdido hasta el año pasado, $19,9 billones en comercio, lo que condujo a pérdidas de empleo y destrucción del agro nacional.
En materia laboral, para el primer trimestre del 2019 la economía destruyó alrededor de 775.000 puestos de trabajo, una cantidad que no se veía desde finales de 2008. Además, la tasa de desempleo alcanzó un 10,3% a nivel nacional, para las mujeres alcanzó un 13% y para los jóvenes alcanzó 18,5%, según el DANE.
Se suma a esto que, según Transparencia por Colombia se han perdido más $ 17 billones en los últimos dos años por corrupción y que la nueva reforma tributaria de Duque contempla exenciones tributarias por más de $ 9,4 billones, según el Ministerio de Hacienda.
La receta neoliberal aplicada gobierno tras gobierno nos ha dejado como uno de los países más desiguales del planeta. Por ende, el Paro Nacional es la expresión más genuina de que la sociedad colombiana se cansó de cargar con los costos de un fallido sistema económico que destruyó el empleo, el agro, la educación, la salud, la industria y la calidad de vida.
Mientras el gobierno de Duque se empeñe en estigmatizar y reprimir la movilización pacífica, la gente seguirá en las calles porque no tienen nada más que perder y por ende, el sonido de la cacerola retumbará hasta que el presidente los escuche.