La ONU pidió este viernes a Colombia que garantice la protección de los menores que han sido involucrados a la fuerza en el conflicto armado, tras un bombardeo militar que mató a ocho de ellos.
El operativo, realizado a finales de agosto contra guerrilleros que se marginaron del proceso de paz, precipitó el miércoles la renuncia del ministro de Defensa, Guillermo Botero, acusado en el Congreso de haber ocultado durante todo este tiempo la muerte de los menores en el ataque.
A raíz del escándalo Alberto Brunori, representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, formuló un llamado al gobierno.
“Recomendamos a Colombia utilizar todos los estándares del derecho internacional relevantes para garantizar los mayores niveles de protección posibles para los niños, niñas y adolescentes que sufren los efectos de la violencia”, indicó en un comunicado.
Según las autoridades, en el bombardeo murieron 14 personas, entre ellas ocho menores, incluida una niña de 12 años, que al parecer fueron reclutados por una disidencia de la guerrilla que firmó la paz en 2016.
Brunori dijo que recibió información sobre “la presencia de niños y niñas en el campamento” atacado. Los menores “habrían sido reclutados forzosamente a menos de un mes y medio de que ocurrieran los hechos”, precisó el delegado internacional.
En ese sentido, recordó que el Derecho Internacional Humanitario prohíbe enrolar en la guerra a menores de 15 años y expresó su preocupación por “la vida y seguridad” de un funcionario de derechos humanos, Herner Carreño, quien cuestionó el bombardeo de hace dos meses en el departamento de Caquetá.
En una entrevista con el periódico El Heraldo, el presidente Iván Duque defendió la acción de las Fuerzas Armadas contra los grupos armados.
“Ahora, es triste, pero muchos de estos criminales lo que han tratado de hacer siempre es reclutar menores y eso es lo que ha salido a la luz pública en los últimos días. Y ellos, los que usan menores como escudos humanos, son criminales de lesa humanidad”, añadió el mandatario.
A lo largo del conflicto interno, las fuerzas irregulares han reclutado menores. Los jefes rebeldes que depusieron las armas están dando su versión sobre esta práctica en el marco de los procesos de justicia que siguieron al desarme del ahora partido FARC, en 2017.
Aunque la paz redujo sensiblemente la violencia en Colombia, todavía quedan activos grupos armados que se financian del narcotráfico y la minería ilegal principalmente.