Fueron instalados 10.746 contenedores entre noviembre del pasado año y febrero del 2019 y ya se han presentado denuncias de seguridad por vandalismo y de infracciones al medio ambiente por malos olores, presencia de roedores y mal manejo de los recipientes.
Por Gilberto Valencia Giraldo
@Gilbertopina24
Estos vertederos hacen parte de las medidas de compensación para disminuir la llegada de residuos al relleno de Doña Juana. Sin embargo, los habitantes de Bogotá denuncian un caos en el manejo de los nuevos basureros. Los ciudadanos dicen desconocer información para la utilización adecuada de estos implementos por parte de la Alcaldía de Enrique Peñalosa.

Los nuevos depósitos tienen una altura aproximada de dos metros, una capacidad de 2.400 litros los de mayor tamaño y 1.434 los pequeños para residuos aprovechables con una capacidad de 1.100 litros.
Algunos habitantes del norte de la ciudad solo vieron de repente los grandes recolectores de basura y “cacharreando”, aprendieron a “utilizarlos”, aseguró, Silvia Rodríguez. “Solamente vimos de un día para otro unos cajones grandes repartidos por el barrio, sin saber para qué sirven”, añadió.
Además, señaló que “uno ya no se aguanta el olor de esos aparatos durante el día y cuando tiras basura, la caja te sopla ese olor en la cara”.
El artículo 78 de la Constitución Política colombiana, dice que “la ley regulará el control de calidad de bienes y servicios ofrecidos y prestados a la comunidad, así como la información que debe suministrarse al público”.
De igual manera, los recicladores se han visto gravemente afectados, pues el tamaño de los contenedores, es muy grande para seleccionar el material reutilizable de forma práctica y sin poner en riesgo su integridad física.
Si un reciclador es de talla baja le quedaría imposible cumplir su labor de reciclaje.

Diferentes asociaciones de reciclaje de la capital han manifestado su inconformidad con la implementación de los nuevos vertederos. Cuarto de Hora. pudo constatar la difícil situación de los recuperadores: “Los chirris hacen sus necesidades aquí, también tiran escombros y hasta Jeringas”, aseguró un hombre que responde al nombre de Carlos, metido dentro de uno de los basureros mientras desarrollaba su labor.
Son más de cuatro mil las personas que realizan este oficio en su mayoría trabajan en horarios nocturnos, entre diez de la noche y cinco y treinta de la mañana, hora en la que inician su recorrido los camiones recolectores de basura del Distrito.
En un recorrido por el norte de la capital, se puede evidenciar diferentes problemáticas como: fallas mecánicas en las unidades, regueros de residuos y falta de recipientes para la separación de los materiales. Según la administración distrital la mitad de los recipientes son para reciclar, a pesar de ello se recolecto evidencia fotográfica de 10 puntos en que únicamente se encontraba el contenedor de materia ordinaria.
El artículo 78 también dice que “serán responsables, de acuerdo con la ley, quienes en la producción y en la comercialización de bienes y servicios, atenten contra la salud, la seguridad y el adecuado aprovisionamiento a consumidores y usuarios”.
Consultamos a la experta en temas de ambiente Isabel Buriticá que, bajo su criterio profesional, considera oportuna la distribución de los nuevos depósitos de basura. “Lo que pasa es que es falta cultura para utilizarlos, si la gente realiza una separación de residuos antes de depositarlos y los sacan los días que pasan a recogerlos, no tendrían problemas de vectores (insectos y roedores) puesto que estos se presentan por la mala disposición”, narró.
La experta, que labora en la Secretaria Distrital de Ambiente, puntualiza que los recicladores deben tener elementos de protección para realizar esta actividad “estar tan expuestos dentro de estos depósitos, pueden generar enfermedades e infecciones, pero no a los usuarios, pues los contenedores están alejados de sus casas”.