La mayoría de países en América Latina enfrentan de diferentes maneras el enorme desafío que supone el crecimiento en los índices de violencia, especialmente por homicidios. Recientemente se supo que la región presenta la mayor tasa de homicidios del mundo, de acuerdo con el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri), quien reunió especialistas en desarrollo, seguridad y economía con el objetivo de crear un debate sobre el desarrollo, centrando los estudios en la democracia y el estado de derecho, el crimen, la violencia, la pobreza y la desigualdad.
Foto tomada por MiamiDiario.com
De acuerdo con Cebri, la tasa de homicidios en América Latina es tres veces superior a la media global; ocho de los países más violentos del mundo están en América central y en el Caribe, y 43 de las 50 ciudades con mayor tasa de homicidios están en Latinoamérica.
Las soluciones tradicionales para resolver el problema pasan por fórmulas conocidas, como incrementar el pie de fuerza, reforzar controles en puntos clave de alto tráfico, monitorear telecomunicaciones, mantener cadenas de informantes y otros más sofisticados que parecen de ciencia ficción. Pero ¿es posible predecir conductas delictivas asociadas a homicidios?
Ante los alarmantes episodios de homicidios por tiroteos en los Estados Unidos, el Presidente Trump pidió vigilar a los enfermos mentales para evitar que se repitan estos casos, por lo cual el gobierno evalúa la creación de una nueva línea dentro de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Salud (HARPA), para explorar el uso de la tecnología que permita detectar cuándo las personas con enfermedades mentales están a punto de volverse violentas.
De acuerdo con el Doctor Arthur C. Evans Jr., PhD y CEO de la Asociación Americana de Psicología (APA), “La idea de una agencia centrada en desarrollar tecnología para mejorar la atención médica y actuar como motor de innovación es buena, pero es ilógico encargar a HARPA la resolución de un problema real de violencia conectándolo con una idea falaz: que las personas con enfermedades mentales son la causa de los tiroteos masivos”.
Según el Doctor Evans, “la investigación muestra constantemente un vínculo débil entre la enfermedad mental y los tiroteos masivos. Además, no hay ninguna ciencia que demuestre que la tecnología pueda predecir con precisión el comportamiento violento en nadie y no hay datos de que, si esto fuera posible, esa información resolvería de alguna manera la crisis de violencia armada de nuestra nación.
Foto tomada por la Policía Nacional
Para el Doctor Evans, “las personas que viven con enfermedades mentales tienen muchas más probabilidades de ser víctimas de violencia que los perpetradores. Necesitamos que el gobierno centre sus esfuerzos contra la violencia armada en la prevención, y debemos centrarnos en financiar más investigaciones sobre las causas de la violencia armada para poder desarrollar estrategias de prevención efectivas”.
En relación con la predicción de comportamientos delictivos el Doctor José Ignacio Ruíz, Director del Laboratorio de Psicología Jurídica de la Universidad Nacional de Colombia, manifestó que “hay trabajos sobre perfilación geográfica, socio ambiental y criminal”, que podrían servir para desarrollar este tipo de tecnología. Lo desafiante está en relacionar los dos elementos, las enfermedades mentales y la prevención de homicidios, algo que por ahora sigue pareciendo ciencia ficción.