Por Rigail Romero Martínez
Muchos viven preocupados permanentemente por el precio del dólar en Colombia. Los intereses suelen ser diversos, por un lado, algunos lo utilizan políticamente para generar miedos, mientras otros esperan tener un precio del dólar bajo para tomar la decisión de viajar al exterior por turismo. Sin embargo, les quiero decir que es a las familias colombianas a quien realmente impacta la devaluación. Hagamos un pequeño ejercicio conceptual:
Esos que infunden terror porque en un eventual gobierno de Petro el dólar se dispararía, son los mismos que se oponen a que haya una transición de la dependencia del petróleo y el carbón, y ahí viene la paradoja. Como dependemos de la exportación de hidrocarburos, si el dólar subiera (al llegar Petro al poder) el país se vería altamente beneficiado ya que recibiría más pesos por cada dólar, haciendo que las finanzas públicas se fortalezcan. Así que si alguien te dice que el dólar subirá si Petro es presidente, alégrate porque las finanzas públicas se fortalecerían. Entonces ¿acabamos el discurso de miedo porque el dólar suba?
Por otro lado, esos empresarios que se quejan de que los insumos se encarecerían con un dólar alto (y tienen razón) son los mismos empresarios que han apoyado que los gobiernos maten el aparato productivo interno haciéndolo depender de las importaciones pues, según muchos de ellos, les es más barato importar las manufacturas que producirlas en el país, dándole así la espalda a la investigación y al desarrollo, lo que es contrario a lo que propone insistentemente el candidato del pacto histórico, quien sostiene que el camino es la “generación de saberes”. Y aquí viene otra paradoja, por culpa de un dólar alto se vuelve sumamente necesario generar valor agregado, pero muchos ingenuamente apoyan gobiernos que nunca le han apostado a la creación, la investigación, la ciencia o la tecnología.
La falta de producción de alimentos, como consecuencia de la alta concentración de tierras fértiles improductivas, obliga al país a importarlos. Según el Portal Web Bloomberg, el 30% de los alimentos que consumimos en el país son importados. Si Colombia no cambia su estructura de producción, alentará cada vez más el incremento de los precios de la canasta familiar.
Un país que importa más de lo que exporta no tiene la posibilidad de desarrollarse. El potencial exportador de colombiano es muy grande. La falta de voluntad política y la guerra interna son los verdaderos culpables de nuestro rezago económico. Los economistas que aterrorizan a los ciudadanos con el incremento del dólar, te dicen la consecuencia, pero no las causas. Por eso critico fuertemente a los expertos económicos que se vuelven casi unos terroristas que incentivan el pánico económico al sacar de contexto las variables macroeconómicas en vez de explicarlas integralmente.
Sigamos con el análisis: el gobierno y el presidente de Ecopetrol sacan pecho por los muy buenos resultados financieros en estos últimos años, pero esos resultados los hubiese tenido cualquiera que estuviera al frente de la entidad, pues el valor del dólar llegó a niveles históricos. Por eso muchos insistimos que tenemos que dejar de depender de los hidrocarburos ya que su éxito depende del tipo de cambio y no de la habilidad gerencial de su presidente o del gobierno. Por lo anterior, estaría de acuerdo en transformar a Ecopetrol en una empresa de alta investigación científica y que su mayor fuente de ingresos sea lo que pueda generar de valor agregado y no solo la explotación de hidrocarburos.
Así que basta ya de terrorismo informativo, si te dicen que en un eventual gobierno de Petro el dólar subiría el mayor beneficiado será el gobierno, si te dicen que lo que puede suceder es que la deuda externa aumente, te diré que la actual deuda debe estar protegida por cláusula de estabilización de precio de la deuda. Si no lo hicieron, hay una responsabilidad de los que manejaron la deuda pública. Pero los perjudicados si serán las familias que verán afectado su poder adquisitivo porque, como hemos dicho, Colombia, además de ser un importador de bienes y servicios, es especialmente un importador de alimentos, y eso no es culpa de Petro sino de los gobiernos anteriores que con sus políticas mataron la producción de alimentos y, por consiguiente, también nuestra seguridad alimentaria. Si quieres buscar un culpable, búscalo en los gobiernos que han impedido una real reforma agraria y entregaron el país a los Tratados de Libre Comercio.