lunes, septiembre 16

La mentira organizada

Por Enrique Santos Molano  / Nodo Nacional de Mujeres de la Colombia Humana

En sus portadas del martes 18/5/2021, los dos diarios más antiguos del país publican a toda página sendos anuncios no comerciales, (que posiblemente aparecieron también en la prensa regional) con presentación homogénea en su contenido y en su  diseño gráfico.

La sola lectura del título bonachón del aviso (“Unámonos para construir sin destruir”) nos deja entender que se trata de una campaña idealista hábil, de una jugada gatopardista de alto turmequé. Me propuse hacer un análisis profundo del idealismo para encontrar y descifrar la clave que encierra el despropósito idealista de “construir sin destruir”, pero al comenzar esta nota, recibí otras dos publicaciones idealistas: una carátula de la envilecida revista “Semana” y un video de mister president Duke, que en un inglés impecable se dirige a sus conciudadanos hispanohablantes, a ver si lo entienden, porque en español no hila una. Carátula y video me suministraron la clave requerida.

Los inclinados a tragar entero, que no son pocos, podrían reprocharme: “Pero, sumercé, ¿qué hay de malo en una idea generosa que nos invita a unirnos para construir sin destruir??”. Les respondo que en esa idea de apariencia generosa hay de malo todo lo que hay de malo en el idealismo.

El idealismo es la distorsión mental de la realidad, una ilusión que crea en un individuo, o en una multitud de individuos, la idea falsa de que la realidad no es como

es, sino como ellos quieren acomodarla a sus intereses o sus deseos, Así, a lo largo de los tiempos el idealismo ha sido el instrumento perfecto de engaño psicológico que emplean los poderes dominantes para engatusar a miles o a millones de personas en cuyas mentes siembran semillas envenenadas de miedo o de odio colectivos hacia un enemigo imaginario que las llena de terror, y contra el cual los amos del poder ofrecen su brazo desinteresado para salvarlas del monstruo, a cambio de sacrificios insignificantes: pagar impuestos elevados y crecientes; contentarse con salarios minúsculos e insuficientes; la inequidad es justa y necesaria, porque premia con más

riquezas el esfuerzo de los ricos que trabajan y castiga con más penurias la holgazanería de ‘los atenidos’ etcétera.

En síntesis, el idealismo es la mentira organizada para alienar y cegar a los ciudadanos, engañándolos una vez sí y otra también, con un efecto especial llamado eufemismo, bajo la premisa maquiavélica de que una mentira bien adobada repetida miles de veces y con frecuencia, se adopta como verdad.

Entendiendo esto, vemos con claridad la relación lógica y estrecha del anuncio mediático, la carátula maligna y criminal de “Semana”, y la anglolocución, cínica desvergonzada y dolosa, de mister Duke. Los tres son parte del propósito de la extrema derecha mafiosa de crear una imagen ideal, es decir, falsa, de Gustavo Petro, el líder de la oposición democrática, progresista, liberal y humanista, y encubrir el desprestigio aplastante que, en el interior como en el exterior, da cuenta del desastre en que ha sumido a Colombia el gobiernouribeduquista.

Se intenta con la mentira organizada exhibir a Gustavo Petro como una figura destructiva, culpable del paro, del coronavirus, de la crisis económica y social, de la torpeza pueril de Duque, de su (des) gobierno calamitoso. y de cuanto se les pueda ocurrir a sus imaginaciones enfermizas achacarle al senador Petro. Nos van a repetir esas mentiras hasta el cansancio, a ver si terminamos por creerlas verdaderas.

No les tengo buenas noticias a los discípulos post mortem de Joseph Goebbels, inventor de la mentira organizada. La Patria Boba de la que tanto han abusado los poderosos durante dos siglos, se contagió por la pandemia y murió. La última babosada de la Patria Boba fue la elección, no muy legítima, de Iván Duque. El país de hoy, no es el mismo de hace tres años. Los ciudadanos abrieron los ojos y se encontraron con una

realidad contraria a la que la mentira organizada les había hecho creer que era la realidad. Encontraron que la democracia está a punto de ser asesinada, que los derechos y garantías constitucionales no existen en la práctica, que la Paz ha sido acorralada, que las oportunidades de prosperar y de ser felices se circunscriben a un grupito de privilegiados y corruptos, que defender los Derechos Humanos, el medio ambiente y la Justicia Social, entraña la pena de muerte o el exilio. Al correrse el velo idealista que les encubre tales horrores, la ciudadanía ha perdido el miedo y ha salido pacífica e inerme a recuperar las calles y a enfrentar al Establecimiento despótico y su aparato represor.

La mentira organizada para el engaño masivo puede, sin duda, “engañar a  muchos mucho tiempo, pero no a todos todo el tiempo” y es un cuchillo de dos puntas y doble filo que ineluctablemente rebotará contra sus propaladores y los aniquilará.

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