jueves, octubre 3

La licencia menstrual es avanzar en derechos

Por: Victoria Sandino, senadora de la República  y firmante del Acuerdo de Paz

La menstruación ha sido un tabú en nuestra sociedad. Desde épocas milenarias, la mujer menstruante ha sido excluida, aislada, estigmatizada y el flujo menstrual ha sido considerado motivo de impureza, falta de higiene e incluso, enfermedad. Avanzar hacia los derechos de niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres y personas menstruantes es imperativo en una sociedad que busque la equidad y la igualdad para todas las personas, así como la justicia histórica para las mujeres alrededor de las representaciones sociales discriminatorias existentes en el sistema patriarcal.

Alrededor de la menstruación suceden una serie de procesos sociales complejos que van más allá de la determinación biológica. La UNFPA identifica algunos de ellos como: exclusión de la vida pública, que significa restricción de orden cultural y religioso a través de aislamientos o abstenerse de ciertas actividades; obstáculos a las oportunidades, donde se considera que hay una menor capacidad pero al tiempo, incomprensión de lo que pasa en el cuerpo y las emociones de las mujeres; obstáculos de saneamiento y salud que se ve agudizado por la pobreza; mayor vulnerabilidad al interpretarse que la aparición de la menstruación es correlativa a madurez sexual.

Para Colombia UNICEF realizó en el 2015 un estudio en la región del Pacífico  donde estableció los graves problemas que afrontan las niñas y las adolescentes al iniciar la menstruación: insuficiente acceso a material de higiene menstrual; falta de instalaciones de agua, saneamiento e higiene en las escuelas; y muchos otros factores, además de los estigmas y los trastornos que produce la dismenorrea (mejor conocida como los cólicos menstruales), que es más frecuente en niñas y adolescentes ya que ese es el momento del ciclo vital de la mujer donde se está estabilizando el ciclo menstrual. Los cólicos pueden ser suaves o llegar a ser tan severos que producen vómito, fiebre, dolor de cabeza, sudoración excesiva, entre otros síntomas.

En este estudio se estableció que el 34,8% de las niñas encuestadas no estaban preparadas para su primera menstruación, desconocían de dónde venía el sangrado, 1 de cada 4 de ellas había faltado a la escuela por causa de la menstruación refiriendo a que de estas ausencias el 86% se debían a los cólicos menstruales. El 28% de las niñas encuestadas tenía miedo a mancharse, el 8% presentaba un sangrado muy fuerte y el 4% no tenía toallas higiénicas para ir a la escuela, el 64% de ellas faltaron por un día a la escuela, mientras que el 26% lo hicieron por dos días. El 40,2% reportaron disminución de la concentración y el 63,7% dijeron que hubiesen preferido estar en casa. Así mismo el 38,8% de ellas afirmaron no querer pasar al tablero y el 32,3% evitan durante esos días el trato con otras personas.

La Corte Suprema se ha pronunciado sobre la salud menstrual a través de la Sentencia T-132 del 2009 y la Sentencia T-389 del 2019 donde establece los derechos de la mujer menstruante. Ahora es tiempo de que el Congreso de la República se acoja a estas sentencias y legisle a favor de las mujeres en Colombia.

Siguiendo el ejemplo de Argentina donde se radicó a inicios de este año un proyecto de ley de licencia menstrual, haré lo propio la próxima semana a través de una iniciativa legislativa que establezca un día de licencia menstrual para las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes que asisten a las instituciones educativas hasta la educación superior públicas y privadas. Así mismo, propondré la creación de una comisión que deberá estudiar la factibilidad de expandir la licencia menstrual a todas las mujeres trabajadoras de Colombia.

Sobre la higiene menstrual, el malestar, los estigmas y la necesidad de crecer en la conciencia de que es importante tener una política pública en la garantía de los derechos de las niñas, jóvenes, mujeres y personas menstruantes, así como en la superación de la pobreza menstrual. Hace falta más que la licencia, pero es un paso. Es necesario tener medidas que lleven al reconocimiento de los derechos de las mujeres y las identidades diversas.

Invito a todas y todos los colombianos a que nos sumemos a esta iniciativa, pero además, a que avancemos hacia una política pública para la plena garantía de los derechos de las mujeres y las identidades diversas en nuestro país. Invito a la bancada de mujeres del Congreso y a mis demás compañeros del Senado y la Cámara a hacer de la licencia menstrual una realidad en nuestro país. Finalmente invito a mujeres, jóvenes, adolescentes, niñas y personas con identidades diversas a que me acompañen en la radicación del Proyecto de Ley #LicenciaMenstrualCol el martes 17 de agosto a las 2pm en la Plaza de Bolívar de Bogotá con el pañuelo morado, o a que vean la transmisión por Facebook en mi página Victoria Sandino Paz.

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