Por Alejandra Peña
Cientos de Bojayaseños despiden a sus muertos de la masacre ocurrida hace 17 años. Tras la entrega de los restos, hoy Bojayá empieza a cerrar un capítulo de dolor.
Este domingo en una ceremonia religiosa a la que asisten cientos de bojayaseños, la comunidad despidió a sus muertos de la masacre ocurrida hace 17 años.
“Al menos, ahora sabemos dónde están los restos”, afirmó José Flavio Mosquera, un habitante de la región que llegó a dar un último adiós a su hermano, una de las víctimas.
Después de más de 15 años, los cuerpos de 72 hombres, mujeres y niños que murieron en la iglesia de San Pablo fueron entregados a sus familias. Pese a que fueron 79 las víctimas, no todas pudieron ser identificados.
El conmovedor evento estuvo cargado de lágrimas y un sentimiento de hermandad por parte de todas las familias que se congregaron para despedir a sus seres queridos, que el 2 de mayo de 2002 fueron víctimas de las Farc y los paramilitares, que en un enfrentamiento detonaron una pipeta sobre la iglesia.
“De ese día recuerdo muerte, llanto, sangre que corría por las calles”, expresó Mosquera.
La Unidad de Víctimas, la Cruz Roja y la ONU acompañan las obras fúnebres de las víctimas.
Este lunes se dará el entierro colectivo que dará fin a un ciclo de dolor e incertidumbre que vivieron los habitantes de Bojayá durante años. El dolor quedará por siempre en los sobrevivientes de aquella tragedia que cobijó de sangre y horror a la región.