por Mayra Lopez Duarte
El programa, que es coordinado por la Secretaría de Educación y el Inpec, beneficiará a más de 300 hombres y mujeres que están privados de su libertad.
El objetivo del programa que lanzó este miércoles el Distrito junto con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) es que los reclusos puedan asistir a horas de clase mientras cumplen su deuda con la Justicia.
Esta iniciativa beneficio a reclusos de las cárceles El Buen Pastor, La Picota y La Modelo que ya hayan iniciado un proceso de escolaridad.
“Esta estrategia educativa flexible se desarrolla a través de la Política de Educación Inclusiva con enfoque diferencial, de género y de derechos, que garantiza el inicio o la continuidad de la trayectoria educativa a la población privada de la libertad y asegura la calidad de las prácticas pedagógicas y didácticas, con el acompañamiento de 12 docentes del Distrito”, aseguró Carlos Iván García Suarez director de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación.
Los estudiantes iniciaron sus clases hace un mes y terminarán a mediados de noviembre de este año, tras el receso escolar, retomarán las clases en febrero del 2020.
Según Suárez, este modelo permitará dos cosas “por un lado, si las personas cumplen su tiempo de condena, tendrán la oportunidad de presentar su boletín de notas para ingresar a cualquiera de las 60 instituciones educativas distritales que implementan esta estrategia en jornadas nocturnas, de fines de semana o dominicales. Por otro lado, si siguen en los centros de reclusión, podrán continuar con el proceso educativo en el segundo periodo correspondiente, es decir, en 2020”.
Los alumnos seleccionados fueron los que entregaron todos los documentos donde se certifica los cursos ya aprobados, para los presos que no cumplen ningún requisito podrán presentar una prueba.