Las industrias creativas digitales pasan por un “momento de oro” en Colombia por cuenta de la intención del Gobierno nacional de lograr que en 2022 la economía naranja crezca más del 6 %, lo que representa casi el doble de la participación en el producto interno bruto (PIB) del país que se sitúa hoy en el 3,4 %.
Así lo aseguró en entrevista con Efe la ministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Sylvia Constaín, para quien es evidente “la idea del Gobierno de comprometerse con el desarrollo y crecimiento del sector”.
El 6 % que se pretende alcanzar representa más de tres veces lo que aporta actualmente el café a la economía colombiana y casi 1,5 veces de lo que contribuye la minería.
De llegar a ese incremento, se podrían emplear más de 600.000 o 700.000 personas de forma directa e indirecta.
Para ese repunte es pieza clave el talento que se evidencia en espacios como Colombia 4.0, un encuentro especializado en la economía naranja desde lo digital, creado por el Ministerio TIC en 2011 y que esta semana reunió a expertos nacionales e internacionales que fueron escuchados en Bogotá por al menos 50.000 asistentes.
Al respecto, Constaín explicó que a la cita acudieron “jóvenes que desarrollan y exportan videojuegos, que hacen contenidos audiovisuales, animación o diseño, lo que demuestra que las industrias creativas son la base de un sector que genera oportunidades de empleo y de innovación en el país”.
Para mejorar el desempeño frente a otras naciones de América Latina, “Colombia realiza esfuerzos grandes en términos de colectividad para impulsar el desarrollo a través de un trabajo mancomunado entre los ministerios de Educación, Cultura, Comercio y TIC”, agregó.
A la vanguardia de esa labor está Bogotá, una ciudad en donde la economía naranja representa 4 billones de pesos (unos 1.153 millones de dólares).
En el último año, los segmentos culturales que más crecieron en la capital colombiana fueron la música (26,7 %) y las artes escénicas (22,6 %).
Asimismo, entre 2008 y 2018 la recepción de inversión o reinversión extranjera directa para proyectos en industrias creativas y culturales en la ciudad fue de 499 millones de dólares, de acuerdo con información de la agencia Invest in Bogota.
Esto se debe a que Bogotá concentra la mayoría de las empresas de la cadena de valor del sector, con el 74 %, seguida de regiones como Antioquia-Medellín 10 % y Valle-Cali con el 6 %.
En ese sentido, la ministra comentó que “Bogotá, por su tamaño y nivel de desarrollo, tiene un núcleo de talento y de industrias un poco más consolidadas que en otras partes del país pero eso no quiere decir que el resto no tenga talento”.
Ejemplo de ello son las ediciones de Colombia 4.0 que el Gobierno ha llevado a cabo en diferentes regiones para ampliar el espectro de participación.
Así, manifestó la vocera, el Ministerio realizó el evento en la ciudad de Yopal, capital del departamento de Casanare, en el este de Colombia y en donde son tradicionales la ganadería y el folclor llanero más no lo tecnológico.
A pesar de ello y para sorpresa de los organizadores, hubo “más de 3.000 personas hablando de industrias creativas digitales”, precisó Constaín, para quien ese ejercicio “dejó claro que un país crece desde las regiones y mediante la conectividad”.
Por ello, en los próximos años llegará un “periodo durante el cual se va a poder ver el potencial que se está gestando, en donde nuestros emprendedores van no solo a crear empresas en Colombia sino a mirar hacia afuera para poder buscar clientes en el exterior”, señaló la funcionaria.
También, “viene un nuevo impulso de conectividad para llegar a regiones en donde hoy no hay internet porque al estar conectadas a las personas se les abre un mundo de posibilidades y eso es lo que Colombia y sus industrias creativas digitales están buscando”, puntualizó la ministra de las TIC.