No cesa la violencia en contra de los líderes sociales en Colombia. El más reciente reporte del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) reveló que el 18 de abril fueron asesinados 3 líderes sociales en los municipios de Tame y Saravena, Arauca, así como en Briceño, Antioquia.
La primera víctima fue identificada como John Jairo Esquivel, quien pertenecía a la Guardia Campesina y también era miembro de la Asociación Nacional Campesina – ASONALCA -, en la vereda Salem del municipio de Fortul, Arauca, quien fue asesinado en circunstancias que aún se desconocen.
Por otra parte, en el mismo departamento, la segunda víctima fue identificada como Wilmer Hernández, quien era miembro del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos CPDH, y del Sindicato Departamental del Agro Araucano SINDEAGRO, además fue militante del Partido Comunista de Arauca
Sobre su asesinato el instituto relató que este líder social fue sacado de una escuela ubicada en la vereda Puerto Nidia, donde se encontraba realizando una actividad con el ICBF. Momentos más tarde su cuerpo fue encontrado con heridas de arma de fuego en una carretera de la vereda.
Para ambos municipios la Defensoría del Pueblo, ha emitido la Alerta Temprana 029/19 en la cual señala acciones de recrudecimiento de la violencia producto de confrontaciones entre estructuras armadas ilegales, las cuales tienen movilidad entre el vecino país de Venezuela y Colombia.
Por último, en Briceño, Antioquia, José Danilo Agudelo Torres quien fue alcalde del mismo municipio, y miembro del Consejo Directivo de CORANTIOQUIA, fue ultimado por sicarios que se movilizaban en una moto.
Indepaz documentó que su asesinato se produjo en el barrio Parqueadero de La Inmaculada en el municipio de Briceño, allí fue atacado hacia las 9:30pm con arma de fuego.
Para este territorio la Defensoría del Pueblo también ha emitido una Alerta Temprana (004/20) por la presencia, expansión y accionar de grupos armados ilegales así como las debilidades del Estado para copar de manera integral los territorios, privilegiando en su lugar la presencia militar y limitando la presencia institucional de los gobiernos locales y departamentales.