Un primer convoy de camiones cisternas de gasolina y diésel logró salir de una planta bloqueada por manifestantes en la ciudad de El Alto gracias a la intervención de la policía y los militares, mientras la escasez de combustible en La Paz comenzaba a agudizarse.
Vecinos de El Alto leales al expresidente Evo Morales bloquean desde la semana pasada las rutas de ingreso a la planta de Senkata, en rechazo a la asunción de la senadora de derecha Jeanine Áñez como presidenta interina de Bolivia, una protesta que causa un grave desabastecimiento de carburantes en La Paz.
Casi medio centenar de cisternas de gasolina, diésel y gas licuado de petróleo (GLP) salieron rumbo a La Paz protegidas por militares y policías, según imágenes difundidas por el canal privado PAT y el estatal BoliviaTV.
Ambos cuerpos usaron helicópteros y carros blindados para proteger el convoy de camiones de carburantes, según esas imágenes. La radio RKM informó de un civil herido.
Los policías lanzaron gases lacrimógenos para mantener a raya a algunos vecinos que intentaron detener la salida del convoy.
La falta de gasolina había virtualmente paralizado el transporte público, por lo que el gobierno de Áñez sopesó la idea de importar combustible de Chile, señaló el ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora.
El gobierno y la alcaldía de La Paz también ha comenzado a trabajar para paliar el desabastecimiento de alimentos, ya que las rutas de acceso a la ciudad aún permanecen bloqueadas por partidarios del exgobernante indígena.
Bolivia no logra salir de sus crisis política, tras las elecciones del 20 de octubre pasado en las que Morales consiguió un cuarto mandato, unos comicios tildados de fraude por la oposición y en los que la OEA encontró “irregularidades”.
Las protestas ciudadanas contra el líder indígena y la pérdida de apoyo de los militares propiciaron la renuncia de Morales, que calificó su salida como “golpe de Estado”.