viernes, enero 24

Forzada la crítica a las inversiones forzosas

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.

Eso de las famosas inversiones forzosas, tan publicitadas por estos días, no es una cuestión extraña ni ajena a los mercados. De hecho, según leíamos, existen en una buena cantidad de naciones, entre ellas Colombia. Es apenas razonable que si el sector financiero es regulado y generosamente asistido por el Estado, este puede exigir una retribución en la que, como es costumbre, los banqueros también ganan. Contrario a lo que dicen algunos obsesos contradictores del Gobierno, la inversión forzosa no es la “expropiación del ahorro” ni el “control estatal sobre la inversión privada”, sino un mandato de crédito con destinación específica en condiciones de mercado. 

De aprobarse en el Congreso la inversión forzosa no será para generar pérdidas a los banqueros –pues estos pondrían a los ahorradores a pagarlas– sino para optimizar los recursos disponibles en favor de población con capacidad de pago y en condiciones, reiteramos, justas para el prestamista. Dicho lo anterior, vemos poco probable que un proyecto de estos contornos supere el trámite legislativo, dada la prematura, frontal y severa oposición de la prensa, en particular de El Tiempo, lo cual permite inferir cuál es la postura que al respecto tienen los mandamases de la banca. 

Entretanto, el Gobierno se afinca en su postura y elabora a marcha acelerada el proyecto que introducirá próximamente al Congreso. El presidente Petro y el ministro Bonilla, ambos economistas, insisten en el carácter simbiótico de esta iniciativa: por una parte, beneficiaría a millones de colombianos con capacidad de endeudamiento en sectores poco desarrollados por la inversión privada, con ello extendiendo la población económica y financieramente activa, y por otra, ampliaría el mercado de la banca con garantías de pago y rentabilidad. 

Nos cuentan quienes leen la entrevista de Yamid Amat en El Tiempo que en su última edición vaticinó el fracaso de la reforma tributaria anunciada por el gobierno para cubrir el conocido déficit fiscal. Solo con saber la posición de Yamid nos sentimos urgidos a tomar la contraria, puesto que es su costumbre prohijar las tesis de una clase dirigente a la que únicamente le interesa preservar sus beneficios. De lo contrario, ¿creen ustedes que El Tiempo publicaría su opinión favorable a la reforma?

Risa nos produjo leer la más reciente columna de Germán Vargas Lleras en el periódico de marras: ¿con qué autoridad viene a hacer ‘balances’ del gobierno? ¿Será que su desempeño en el cargo de vicepresidente, recordado por coscorrones e improperios y también por graves actos de corrupción al interior del gobierno, alcanza los estándares y supera el juicio que con severidad impostada confiere al presidente Petro? Germán recordaba que su padre acostumbraba decir que “este país era perfecto cuando los Lleras eran chiquitos” e imaginen ustedes, fue una persona que murió con bastantes años. 

El diario más demócrata nos intoxica domingo a domingo con píldoras de cianuro que dispensa quien ya sabemos. Pues bien, como si ello fuera poco, ahora resolvieron graduar de ‘analista’ a su sucesor, el rábula Francisco Barbosa, a quien pusieron a escribir dos cuartillas sobre Venezuela. Con una botella de agua fría y cerrada de fábrica –porque es mejor prevenir que lamentar– nos sentamos a leer su ‘análisis’ y a la fecha no podemos creer cómo es que ese texto superó una revisión de estilo y gramática. Penoso, por decir lo menos, que el diario más leído del país y otrora de prestigio publique semejante bodrio hecho sin cuidado ni cariño, una relación inconexa de cifras, frases, informaciones, críticas y opiniones que solo un mediocre como Barbosa podría condensar en algo que él llamará sin sonrojarse, un ensayo académico sin parangón. 

Adenda: una patochada eso de “presidente del Congreso” que se inventaron en algunas redacciones. Si el título fuera acertado, el senador Efraín Cepeda ejercería funciones el día de la instalación y en una que otra sesión conjunta, nada más. Por demás, las labores de los presidentes del Senado y de la Cámara son idénticas. Maleducan los comunicadores que repiten irreflexivamente este término. 

Adenda dos: felicitamos a la senadora y amiga Gloria Flórez por la sabia elección que hizo su colectividad al designarla presidente de Colombia Humana. Sabemos de sus capacidades y de su entrega a las causas de la izquierda, y le deseamos todo lo mejor en este nuevo reto profesional.

Adenda tres: muy preocupados se muestran algunos derechistas (y no pocas celebridades) por la represión a la protesta antigubernamental en Venezuela, ¿les escucharon decir algo mientras el gobierno de Iván Duque asesinó más de ochenta personas en dos meses de protestas? ¿Manifestaron congoja por los doce ciudadanos heridos, algunos de muerte, en la infausta noche del 9 de septiembre de 2021? ¿Intervinieron en favor de los periodistas detenidos, ultrajados y torturados durante las jornadas de protesta en Cali? Si nuestra memoria nos sirve bien, en dichas ocasiones los muy sensibles pedían “acciones contundentes” de las autoridades para cesar el “desorden” y detener a los “desadaptados” y “vándalos”.

Adenda cuatro: según informaciones del veterano periodista Gonzalo Guillén, el juez que absolvió a Julio Gerlein –antigua pareja y financiador de Aida Merlano, condenada por comprar votos– habría estudiado derecho con el padrinazgo de la familia Char, sus patronos de la época. Tiempo después se presentó la ocasión para retornar el favor. La Costa Nostra en acción. Pueden leer más al respecto dando clic acá.

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