Multitudinarias marchas estudiantiles tomaron las principales ciudades de Colombia para exigirle al gobierno más recursos para la educación pública, que carece de financiamiento.
Diez meses después de haber llegado a un acuerdo con el presidente Iván Duque para aumentar el presupuesto del sector, los estudiantes de universidades públicas y privadas salieron nuevamente a las calles alegando incumplimientos en lo pactado.
“Protestamos para exigirle al gobierno (…) el cumplimiento total y no parcial de los acuerdos logrados el año pasado”, declaró en Blu Radio la líder estudiantil, Alejandra Sánchez, de la universidad privada Javeriana.
Según los estudiantes, el gobierno se comprometió a destinar cerca de 86 millones de dólares a Colciencias, ente rector de la investigación científica, pero solo asignó unos 23 millones de dólares.
Sin embargo, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, sostiene que el gobierno “está cumpliendo” y que para el 2020 el sector tiene asignado un presupuesto de 12.000 millones de dólares, “el más alto de la historia”.
Las movilizaciones fueron convocadas por la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (Unees), que reúne a más de 50 entidades públicas, y la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees), donde participan alumnos de entidades públicas y privadas.
Con cánticos y bailes, los universitarios protestaron además contra casos de corrupción en algunas entidades educativas y en rechazo a lo que llamaron el “abuso” de la fuerza por parte de la policía antidisturbios en recientes manifestaciones.
“Hemos convocado a las movilizaciones pacíficas, rechazamos el uso de la violencia (…) pero también le exigimos al gobierno que respete y que garantice nuestro derecho a la protesta”, declaró a Blu Radio la líder estudiantil Jennifer Pedraza, de la Universidad Nacional.
Las marchas se llevaron a cabo en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, tras los choques que hubo entre la policía y encapuchados en las jornadas anteriores.
El año pasado, maestros y estudiantes organizaron alrededor de una decena de marchas que se prolongaron durante más de dos meses y que terminaron con el acuerdo que hoy es motivo de discordia.