Por David Racero
No estamos viviendo “una época de cambios, sino un cambio de época”. Esto ocurre por dos situaciones simultáneas: 1) al grupo de poder le cuesta mantener la dirección del país porque el proyecto que ofrecen es obsoleto, se ha agotado tanto que es incapaz de responder a las demandas ciudadanas; 2) los excluidos y los que se han visto afectados por ese proyecto caduco se cansaron de solo resistir y han pasado a una acción ofensiva para recuperar lo perdido o ganar lo que nunca han tenido. En esa doble situación, surgen las grandes movilizaciones multicausales en las sociedades, surgen nuevos líderes políticos y se configuran nuevos discursos, relatos y sentidos comunes que abre la puerta para el cambio de época. Es el momento de mayor tensión socio-política, pues lo viejo se niega a desaperecer y se aferra a sangre y fuego al poder político, mientra lo nuevo se abre paso a veces con incertidumbre. El mundo político cambia si el mundo social cambia, y eso está ocurriendo en Colombia. De ahí que que cuando paramos y marchamos multitudinariamente y con tan variados motivos, nos une dos reclamos fundamentlaes: queremos cambios de fondo y queremos hacerlo nosotros.
Queremos cambios en salud, en educación, en pensión, en trabajo y en general en toda la política social que tiene que ver con nuestra cotidianidad. Porque en el día a día los colombianos no sentimos que las cosas mejoren. Por el contrario se vuelve cada vez más dificil y triste vivir. También queremos la implementación de la paz, queremos desterrar la corrupción, queremos convivir con el medio ambiente, no destruirlo. Queremos recuperar la esperanza y creer sí es posible construir un país aún inacabado. No más pañitos de agua tibia, ni promesas de reformas que no reforman nada.
Pero sobre todo lo queremos hacer nosotros. Porque no les creemos. No le creemos a la clase política hegemónica que dirige el Estado en este momento. Ni al presidente Duque ni a la mayoría en el Congreso. No creemos sus falsas promesas, sus engaños, la forma como dilatan las soluciones, como violentan a la gente. Y lo queremos ahora, no en la próxima década, no después, no en un par de años. Ni siquiera queremos esperar las proximas elecciones. Lo queremos ahora.
Es por eso que cada vez más se fortalece la propuesta que realizamos públicamente en diciembre del año pasado (https://cuartodehora.com/2019/11/26/un-referendo-nacional/) sobre la necesidad de sedimentar los cambios que exigimos mediante un Referendo Nacional que convoque al pueblo colombiano a tener la última palabra. Un Referendo que contemple el conjunto de cambios de las necesidades que ha expresado la gente en el paro y las marchas por todo el país y que permita ser asumido como un gran Acuerdo Nacional por todos los colombianos.
La gente no solo quiere opinar, quiere sentirse parte de lo que está expresando. Se cansó de ser –en el mejor de los casos- solo consultada, ahora quiere decidir. Ese es el grito actual de la juventud.
Este referendo busca la conquista de derechos fundamentales modificando algunos artículos de la Constitución Política para que dichos derechos no sean una promesa inconclusa en un papel sino una realidad viva obligatoria a materializar por cualquier gobierno. A diferencia de cualquier otro mecanismo de particpación, este referendo no lo podrán manosear los congresistas y acomodarlo a su antojo, pero sobre todo podrá tocar diferentes ámbitos constitucionales que tendrán después su debido desarrollo legal y financiero.
En consecuencia, proponemos inicialmente 3 artículos para modificar y sobre ello abrimos el debate para otros derechos que se reclaman en la movilización. (En el referendo se incluirían las modificaciones de los artículos de la Constitución que están en negrillas a continuación).
1) EN EDUCACIÓN:
Un Derecho si no es verdaderamente universal donde todos acceden, no es un derecho sino un privilegio. Queremos que todo joven tenga garantizado un cupo en una universidad. No una posibilidad o una oportunidad echada a suerte en una competencia, sino un cupo real. En el siglo del conocimiento debemos saldar la gran deuda en educación desde la primera infancia hasta los niveles superiores. Por eso:
MODIFÍQUESE el ARTICULO 67. La educación es un derecho fundamental y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura.
La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.
El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica.
La educación será gratuita desde preescolar hasta nivel superior en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos.
Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.
La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.
2) EN AMBIENTE:
Como sabemos que la época en la que vivimos es determinante para mitigar los efectos derivados de fenómenos como el cambio climático, la pérdida de especies animales y vegetales y la destrucción de ecosistemas en el país, el Estado debe aplicar el “principio de precaución” cuando no exista certeza de los efectos que puedan generarse en los entornos naturales, en virtud a actividades de gran impacto, como pude ser el fracking. Y de manera complementaria, las decisiones que toman los habitantes sobre sus territorios deben ser vinculanten y aplicadas inmediatamente. En consecuencia:
MODIFÍQUESE EL ARTÍCULO 79. Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Las decisiones de la comunidad serán vinculantes.
Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.
El Estado aplicará el principio de precaución para las actividades que puedan conducir a la extinción de especies, destrucción de ecosistemas y la alteración permanente de los ciclos naturales.
3) AJUSTE SALARIAL A CONGRESISTAS:
Una y otra vez engañan y se salen con la suya los congresistas para no bajarse el desproporcionado salario que a toda Colombia indigna. Votando la modificación del siguiente artículo, se ajustaría definitivamente sin nigún tipo de maniobra parlamentaria, el pago mensual de congresistas de 40 a 20 salarios mínimos legales vigentes.
Elimínese el Artículo 187: La asignación de los miembros del Congreso se reajustará cada año en proporción igual al promedio ponderado de los cambios ocurridos en la remuneración de los servidores de la administración central, según certificación que para el efecto expida el Contralor General de la República.
Y modifíquese el literal e) del numeral 19 del artículo 150 así:
- e) Fijar el régimen salarial y prestacional de los empleados públicos, de los miembros del Congreso Nacional y la Fuerza Pública. El salario de los miembros del Congreso Nacional no excederá en ningún caso de veinte (20) salarios mínimos legales vigentes.
Con la propuesta inicial de estos 3 artículos, queremos promover el debate social y político. El Referendo debe ser un gran conseso multitudinario, que propicie un gran pacto por el país para los próximos 10 años a partir de la agenda que está exigiendo el movimiento social. Es una bandera y una lucha concreta. Especifica la demanda que queremos y nos pone un objetivo concreto para direccionar nuestras acciones y esfuerzos.
Recuerden muchach@s que vinimos a hacer posible lo imposible. Nos vemos en las calles. ¡Actuemos!