El reciente ataque perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra una base militar en Puerto Jordán, Arauca, que dejó un saldo de dos soldados muertos y 27 heridos, ha sacudido el tambaleante proceso de paz en Colombia. Este acto, condenado por el presidente Gustavo Petro, parece cerrar la puerta a las negociaciones que su gobierno había impulsado desde el inicio de su mandato.
El atentado, realizado con una volqueta cargada de explosivos, ha sido calificado por el mandatario como un “golpe con sangre” que podría marcar el fin de los diálogos de paz con el ELN. Petro comparó este evento con el ataque de 2019 en la Escuela de Cadetes General Santander, que también fue atribuido a este grupo guerrillero, destacando la dificultad de lograr una paz sostenible en el país.
A pesar de las fuertes declaraciones, el presidente Petro ha iniciado consultas con los países garantes del proceso, entidades estatales y los negociadores de paz para definir los próximos pasos. Esto genera ambigüedad sobre si las negociaciones realmente han concluido o si aún existe una posibilidad de retomar los diálogos.
Cabe apuntar que el proceso de paz con el ELN ha enfrentado varias crisis desde su inicio en noviembre de 2022. Entre los eventos más destacados está el secuestro de Mané Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, que fue una clara violación al cese al fuego y minó la confianza en las negociaciones. Además, el grupo guerrillero ha sido acusado de no respetar la cadena de mando y de estar más interesado en actividades ilícitas que en la paz.
Otro punto crítico ocurrió cuando el Frente Comuneros del Sur, una facción disidente del ELN, comenzó acercamientos independientes con el gobierno, lo que causó tensiones dentro del proceso de paz. Este acercamiento culminó en la decisión del gobierno de negociar con esta facción, lo que debilitó aún más las conversaciones con el ELN.
Aunque el presidente Petro ha expresado su desilusión y frustración con el ELN, las consultas con los países garantes y otras entidades sugieren que el gobierno aún no ha tomado una decisión definitiva sobre el futuro del proceso de paz. Mientras tanto, las voces dentro de su propio gobierno, como el ministro del Interior Juan Fernando Cristo, han dejado claro que es insostenible continuar las negociaciones en medio de la violencia.