por AFP
La primera muerte fuera de China por el nuevo coronavirus, ocurrida en Filipinas, reavivó ayer el temor a la propagación de la epidemia, que ya se ha cobrado más de 300 vidas en China.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Filipinas anunció ayer el fallecimiento en Manila de un hombre chino de 44 años oriundo de Wuhan, epicentro de la epidemia.
“Es la primera muerte registrada fuera de China” por esta causa, dijo Rabindra Abeyasinghe, representante de la OMS en el archipiélago.
La muerte en Filipinas fue anunciada justo después de que Manila decretara el cese inmediato de la entrada de todos los visitantes extranjeros desde el gigante asiático.
Este anuncio tuvo lugar mientras numerosos países cierran sus fronteras a las personas procedentes de China. El coronavirus 2019-nCoV, transmisible entre humanos, ya contaminó a más de 14.000 personas en China y se propagó por 24 países.
El gigante asiático, cuyo crecimiento ya sufría una ralentización antes de la epidemia, anunció ayer una inyección de 1,2 billones de yuanes (175.000 millones de dólares) para apoyar a la economía del país.
El banco central efectuará la operación el lunes, cuando vuelvan a abrir los mercados financieros tras las vacaciones de Año Nuevo, prorrogadas a causa del coronavirus.
Fronteras cerradas. Ante la propagación imparable de este nuevo coronavirus, numerosos países, entre ellos Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Irak e Israel, cerraron sus fronteras al ingreso de viajeros provenientes de China en una desesperada tentativa de limitar su exposición a la epidemia.
El virus ya ha alcanzado a más de una veintena de países, incluyendo España, el Reino Unido, Alemania, Rusia y Suecia, mientras que África y América Latina parecían de momento exentas de la epidemia.
En América Latina los gobiernos de Guatemala y El Salvador ya suspendieron el ingreso a su territorio a personas procedentes de China.
Para intentar frenar la propagación del virus, Pekín impuso medidas drásticas y limitó los desplazamientos de personas. Desde el 23 de enero, unos 56 millones de habitantes están confinados en la provincia de Hubei y su capital Wuhan, la metrópolis de 11 millones de personas donde se detectó el brote.