martes, octubre 3

Condorito ¡plop! – Claudia ¡Blum!

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Un buen gobernante nunca le teme a sus subalternos, se apoya en sus gobernados.

Cuando uno pasa de los 18 años suele creer que es sabio porque alcanza la mayoría de edad, pero años después nosotros hemos concluido que de sabios nada tenemos y cada día más aprendemos. Sin embargo, lo que sabemos desde hace mucho y no deja de sorprendernos es la capacidad de mentir de algunos periodistas. El día del evento aciago en Cali –cuando personas de civil en connivencia con la Policía dispararon contra indígenas caucanos desarmados– vimos un noticiero de esos que pueden verse en todas partes en el cual se mostraba que lo que pasaba en la capital de Valle del Cauca era culpa exclusiva de los manifestantes y que los indígenas habían causado el boroló pero, para suerte nuestra, después pudimos escuchar la entrevista al representante a la Cámara de La U, John Jairo Hoyos (@hoyosjohnjairo) por el Tercer Canal, en la que se demostraba todo lo contrario.

¿A quién creerle? El análisis es fácil. Hoyos hace parte de uno de los partidos de gobierno: La U –partido de ida y vuelta, como explicaremos más adelante–; fue testigo presencial de los hechos y en la entrevista con Hollman Morris demuestra punto por punto cómo los “vándalos” no fueron los mingueros –como sostuvieron algunos medios– sino unos integrantes de la fuerza pública con apoyo de civiles armados, quienes hostigaron y finalmente atentaron contra la vida de los indígenas. Los “buenos” ocuparon el papel de malos en esta historia.

Los vándalos no siempre fueron malos, recordemos que como pueblo originario del sur de Polonia le hicieron la vida imposible a los dictadores de la época, los romanos. Pero estos vándalos que atacaron a la minga en Cali son despreciables. Transgredieron toda norma escrita e implícita de la convivencia en un estado democrático y si Colombia fuese realmente uno serían investigados y condenados. La impunidad en este caso lleva implícita una admisión del Estado y pone en grave riesgo a quienes ejercen su derecho a manifestarse.

El testimonio del congresista Hoyos y la profusa evidencia sobre los hechos acaecidos el 9 de mayo en Cali acreditan que hubo colaboración de la fuerza pública en la respuesta desproporcionada y groseramente ilegal de esos ciudadanos a las demostraciones de los indígenas en apoyo al paro nacional. Queremos aprovechar este espacio para hacer un reconocimiento a la labor del representante Hoyos, quien dimensionó la urgencia de acompañar a sus conciudadanos en las protestas y puntos de resistencia, y ha servido como respaldo y voz para la población desprotegida por el gobierno y los órganos de control. Confiamos en que su presencia y la de otros congresistas en la ciudad será garantía para el respeto a los derechos humanos. Para los periodistas de molusco, una patada en la parte de atrás.

Si decimos que el Partido de La U es un partido de ida y vuelta es porque cuando usted quiere devolverse por donde venía, así crea o sepa que es el camino equivocado, tiene que hacer un giro en U. Quien parece candidato de ida y vuelta es el señor César Gaviria –cuando lo oímos mencionar la primera vez pensamos que era el dueño de la funeraria–, ese presidente de un inexistente Partido Liberal dilapidó la herencia de Uribe Uribe y Gaitán y terminó convirtiéndolo en un salpicón ideológico. Al día de hoy no se sabe si Gaviria vuelve a ser un aliado de Duque o dejó de serlo para convertirse en manifestante. Al comienzo del paro el señor Gaviria descalificó a Duque, lo negó, le faltó poco para llamarlo “inepto”, pero ahora que viene de regreso le dice a sus huestes en el Congreso que deben cerrar filas alrededor del presidente de la República. Hemos preguntado a nuestros amigos liberales quién es el que manda en ese partido, a lo cual respondieron que nadie lo hace ni está en capacidad de liderarlo, porque es un despelote. Tocará llamar por teléfono a nuestro estimado Juan Carlos Losada (@JuanKarloslos), quien parece ser uno de los voceros autorizados del partido en la Cámara, para confirmar si los liberales están de acuerdo con el paro, si Gaviria tiene poder de decisión y si están dispuestos a seguir su mandato y respaldar a este gobierno. Viene siendo hora de que el expresidente deje de hincar la rodilla al gobierno de turno, recuerden lo que le pasó cuando lo hizo con Uribe, ¿será que le está haciendo campaña o allanando el camino a alguien?

En la tira cómica de Condorito cuando alguien se cae hace “¡Plop!” y en el Ministerio de Relaciones Exteriores cuando alguien da en tierra dice “¡Blum!”. La metida de pata de la señora Claudia debió ser tan grave que motivó a Duque –quien es conocido por tenerle miedo a sus colaboradores– a pedirle que se apartara del cargo. El presidente le tiene tanto miedo a sus subordinados que no ha sido capaz de jalarle las orejas a quienes a nombre de su gobierno meten la pata todos los días y desfiguran, desaparecen o matan ciudadanos. Él, como los malos actores de comedia, hace mutis por el foro.

Los autores de esta columna nos preguntamos, ¿será que el minbolillo mamola-no, el general Schumacher, el del Ejército y el de la Policía no dependen de él? Cualquier político, por obtuso que sea y más en una situación como esta, le llama la atención públicamente al funcionario que hace mal su trabajo, así se desliga de su obrar y protege la “institucionalidad”, palabra de moda por estos días.

Pero acá no, Diego Molano es intocable así haga y diga las peores tonterías. Creemos que después de cada metida de pata se para en punta de pies a ver si alcanza la estatura física de su jefe y modelo Enrique Peñalosa, que es lo único que le hace falta para ser su mini-me. Por la estatura moral Molano no tiene que hacer mayores esfuerzos, pues tiene la certeza de ser igual de bajo. Es tan metido y torpe el ministro de Defensa que se fue a calumniar a cuatro jóvenes del Cauca, tildándolos de guerrilleros y cuanta barbaridad pasó por su mente de película, a lo cual el secretario de gobierno del Cauca, en un acto de decencia, reaccionó desmintiéndole, advirtiendo el riesgo de esas afirmaciones y reafirmando su calidad de líderes sociales. La declaración del secretario Larrahondo fue acompañada con notas de protesta de Camilo González, de Indepaz, y de la representación de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. En otras palabras, Larrahondo levantó el engaño y le dejó claro a Molano –como no lo han hecho otros gobernantes locales– que en su territorio no van a azuzar la violencia contra manifestantes o líderes sociales ni permitirán que la fuerza pública y sus nuevos aliados de civil, la “gente de bien”, salgan a matar ciudadanos inermes.

El presidente de Circo…lombia, en un acto que demuestra su total descontrol e irresponsabilidad, acaba de encargar al señor Miguel Ceballos para que arregle, negocie y acabe de empeorar el problema del paro nacional. Como alto comisionado de guerra –porque de paz poco– le corresponde hacer frente al asunto por cuanto el gobierno adoptó un enfoque de seguridad para el manejo del descontento social, estrategia que deja 41 muertos a manos de la fuerza pública y miles de denuncias de abuso policial en 20 días de protesta. A Ceballos parece no gustarle mucho el tema de la paz y no le hemos visto intenciones claras de distender la situación crítica que atravesamos como país, por lo cual nos atrevemos a hacerle una sugerencia al presidente Duque: ya que sabemos que a él no le gusta sacar gente del gobierno sino reubicarlos, es hora de mover a Ceballos a INDUMIL y poner en la Alta Consejería a una persona de paz.

Revisando los informes de violencia policial en el marco del paro nacional, pareciera que la Policía Nacional tiene un contrato con algún colegio de oftalmólogos, pues cuando sus ‘caballeros’ del ESMAD apuntan a los manifestantes suelen atinarle a los ojos. Según ONG’s la cuenta oscila entre 30 y 40 jóvenes que perdieron la vista como consecuencia de la brutal represión al sentir ciudadano que se manifiesta en las calles. Este número tan alto da la impresión de que cuando a estos señores los entrenan, el tiro al blanco se hace sobre el ojo de un muñeco. No puede negarse que salen bien instruidos.

Cuando tuvimos oportunidad de ir al oráculo de Delfos, nos enteramos que allí se valían de una Marta Lucía, perdón, de una pitonisa para augurar el triunfo o fracaso en una batalla e incluso si la cosecha iba a ser buena o no. Aquí tenemos nuestra propia adivina, que bien podría trabajar en Grecia, pues Martuchis en un tuit de hace unos años escribió: “el decreto venezolano que autoriza a militares tirar a matar en las marchas es una vergüenza para América Latina y para la humanidad”. Ella estaba mirando hacia el futuro y entreveía que esas serían las medidas que su presidente de turno tomaría cuando tuviera algún contratiempo con la ciudadanía. Mientras escribíamos esta columna recordamos cómo la mayoría del Congreso aplaudió a Holmes Trujillo en el debate de moción de censura que convocó la oposición luego de múltiples excesos y arbitrariedades por parte de la Policía Nacional –vino a nuestra memoria el caso de Javier Ordóñez, a quien le quitaron la vida dentro de un CAI–, escena que hoy se repite. ¿Cómo hacía la pitonisa para criticar lo que se hacía en el país vecino y a la vez apoyar que aquí se haga justamente eso?

Les agradecemos como siempre por su lectura y les invitamos a que si no están conformes con el gobierno o con el manejo que le ha dado al descontento social, nos acompañen en las calles. Todo aquel que crea en el Estado constitucional y de derecho debe respaldar el ejercicio del derecho a la protesta y salir a rodear a los miles de ciudadanos que por días han ocupado las calles y plazas del país.

Adenda: estimados lectores, les sugerimos que miren los consejos que Mauricio Navas le envía al ex-presidente Uribe, quizá con un empujoncito de ustedes los lea y le haga caso: https://diariocriterio.com/2021/05/16/carta-a-alvaro-uribe-por-mauricio-navas-talero/

Adenda dos: Duque convocó a una negociación con el Comité Nacional de Paro y llegado el día, no asistió a la reunión. Conocimos que estaba en una reunión a puerta cerrada en Pereira, muy seguramente con los mismos que hace unos días promovían presionar con la pauta a los medios para que su cubrimiento fuera más favorable al gobierno –es decir, que se censuraran–; militarizar las ciudades; decretar la conmoción interior y rechazar el diálogo con “los terroristas”, término empleado por el siempre contenido representante Gabriel Vallejo.

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