El distrito portuario del Pacifico o mas conocido como la ciudad de Buenaventura, por muchos años estuvo azotada por la violencia, esta región se convirtió en un laboratorio de la “paz total” luego de la tregua efectuada entre dos bandas criminales que delinquen allí lo Shotas y los Espartanos.
Así las cosas, con ollas comunitarias en los barrios con mayor desigualdad y más azotados por la violencia en esta ciudad de Pacifico, celebraron que llevan tres meses de tregua que les han permitido volver a llevar una vida tranquila dejando atrás el miedo.
De acuerdo con un informe revelado por Justicia y Paz Colombia, los jóvenes han sido los protagonistas de esta construcción de paz y encabezaron los eventos comunitarios en diferentes barrios como Las Palmas, San Francisco, Isla de la Paz, entre otros fueron el epicentro de las muestras culturales que se llevaron a cabo en conmemoración a los 90 días que lleva esta región sin actos de violencia.
Precisamente, el Alto Comisionado para la Paz Danilo Rueda, quien estuvo visitando las ollas comunitarias de los diferentes barrios para trasladar un mensaje de felicitación y esperanza aseguró que “Buenaventura sea epicentro, escenario de la paz total” y añadió que es “una experiencia inédita porque nace de la decisión ciudadana”.
A su vez, reiteró que las cifras de homicidios, hurtos y extorsiones han bajado desde que cesaron los enfrentamientos entre estas dos bandas, estas tasas han bajado hasta cifras casi mínimas, aunque se siguen presentando algunos hechos de delincuencia, ya no alcanzan los topes anteriores.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro se mostró positivo ante este avance y destacó “cómo la posibilidad de que puedan dialogar entre sí de cómo podrían construir entre ellos una visión común, conjunta, de lo que debería ser la Buenaventura de sus sueños, ha llevado a que hoy, en primer lugar, hayan pasado 80 días sin un asesinato, en una de las ciudades más violentas del mundo”.
El mandatario agregó, que es consciente de que el Estado tiene una responsabilidad de sacar a Buenaventura de la “postración social” y de esta manera llevarla a ser como debería ser cualquier puerto del mundo, a ser una ciudad con oportunidades.