Por: Urías Velásquez / twitter @uriasv
Que Bolsonaro es más ligero de lengua que Donald Trump, menos preparado que Nicolas Maduro, más agresivo que Rodrigo Duterte y más aparecido en la política que Iván Duque lo sabemos todos, pero que, además, es un loco de atar que está buscándose a toda costa contraer coronavirus creo que no lo imaginaba ni la gente de RCN, BluRadio, LaFM o RED+ que tanta y tan abnegada campaña le hicieron desde esta lejana Colombia.
Y es que el presidente de Brasil se ha dedicado desde que apareció la pandemia del Coronavirus (Covi-19) a contrariar a la Organización Mundial de la Salud –OMS-, yendo a cuanta reunión masiva les es posible, desautorizando a su propio ministro de salud: Ricardo Barros en relación a la cuarentena que éste impulsa o diciendo cualquier barbaridad cada vez que tiene un micrófono a la mano: “esto es una gripa cualquiera, si me da a mí, nada me pasará soy un hombre fuerte que hace deporte”, le dice cada que puede a los reporteros que desde lejos los siguen y agrega sin evidencia científica alguna que: “los muertos por Coronavirus serán menores que los que dejará una eventual crisis económica”
Tanto ha sido la irracionalidad del mandatario que ya hasta twitter y Facebook le borran sus mensajes que claramente atentan contra la seguridad sanitaria de Brasil, un país con 210 millones de habitantes y el que la pandemia del Covi-19 se está esparciendo rápidamente: 8 mil casos detectados y 300 muertes a hoy 1 de abril del 2020.
La cosa es tan grave que muchos de los gobernadores de los estados están abiertamente apartándose de los lineamientos del líder irresponsable y están enviando a su gente a cuarentena obligatoria; incluso uno de ellos, el Sao Paulo, João Doria aseguró: “tenemos a un presidente que no está con las facultades mentales en plenitud para poder liderar el país”
También el Tribunal Supremo de Justicia -TSJ- tomó cartas en el asunto y el ministro Marco Mello solicitó a la Fiscalía General analizar un pedido para apartar de su cargo a Bolsonaro durante 6 meses, el requerimiento inicial había sido elevado por Reginaldo Lopes (así se escribe su apellido en Portugués), diputado del Partido de los Trabajadores por el Estado de Minas Gerais. Este requerimiento se convierte en la tercera solicitud de impeachment que cursa contra el loco en la Cámara de Representantes.