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Por: Yennifer Paulina Hurtado Díaz
No puedo negar que desde pequeña soñaba con ser madre y tener una linda familia, al llegar a la adolescencia veía que la mayoría de las compañeras hablaban de su primera menstruación desde los 13 años, en ocasiones me preguntaban y yo les decía que aún no me había desarrollado, ellas me respondían que no tenía el por qué ocultarlo, que eso es algo normal, yo simplemente me quedaba sin decir nada porque no me creían.
Ya teniendo 14 años le pregunté a mi mamá que cómo era tener la menstruación y el por qué no me llegaba, mi mamá me dijo que ella también se había desarrollado a las 14 años y que era muy normal, pasaba el tiempo y ya casi cumplía los 15 años cuando supe lo que era mi primera menstruación con un dolor de estómago “los famosos cólicos” y dolor de cabeza; síntomas que me iban acompañar por mucho tiempo sin saberlo.
Con el tiempo cada mes que me llega, llega con cólicos muchos más fuertes, mi mamá decide que es mejor ir a ginecólogo, y así llegaba mi primera cita y experimentar esa sensación de ser mujer aun siendo virgen. Cuando me encuentro con el ginecólogo y me revisa me dice que tengo unos quistes y que lo tratará con pastillas anticonceptivas, si aun siendo virgen, no dije nada porque se supone que ellos saben más que una.
Empecé a tomar pastillas y la verdad, los síntomas me seguían, cólicos, dolor de cabeza y oh sorpresa otro síntoma más, la famosa gastritis que hizo que me llevaran por primera vez de urgencia a un hospital porque no fui capaz de aguantar todo en mi cuerpo al mismo tiempo, allá sólo me dieron analgésicos y me dijeron que era normal que eso le pasara a las chicas en su etapa menstrual. Pero yo no entendía el por qué a mí otras compañeras no les daba tan fuerte como a mí; total seguí tomando las pastillas recetadas por el ginecólogo.
Mi menstruación se volvía irregular tomando las pastillas anticonceptivas, visité a otro ginecólogo, y lo que hizo fue recomendarme otras pastillas, esta vez para que me llegara a tiempo, no voy a negar que si me reguló el periodo pero por un tiempo, pero me había llegado otro síntoma, me acompañaba una diarrea con los retorcijones más feos que había sentido en la vida, aquella vez me dije si así iba a ser un parto preferiría no ser madre (lo dije entre mí y por broma).
Había llegado un hombre a mi vida, y estaba ilusionada con él, pero así mismo me daba cuenta que tenía un atraso y sin tener relaciones con esa persona, decidí visitar profamilia y probar con otras pastillas, pero las circunstancias no eran las mejores, todos los síntomas seguían y mi cuerpo ya empezaba a manifestarse con cambios, me engordé y de qué manera, pero no era mi cuerpo, no me sentía yo, visité a otro ginecólogo y me dijo que la podía reemplazar por una inyección, hice caso, pero me llegaron unos mareos que ya ni siquiera era capaz de soportar las gafas y la migraña que tenía era insoportable.
Volví a pedir cita en la EPS, y conocí las pastillas gynorelle, con ellas pasé un gran susto, duré varios meses sin menstruar, y fueron pruebas de embarazo para verificar mi estado, la inseguridad de mí no se iba, la depresión llegaba, y las peleas con mi pareja en ese tiempo era más fuertes cada vez más, me sentía incomprendida por el mundo, y yo sabía que esa no era yo, la Yennifer Paulina que siempre estaba alegre por cualquier cosa.
De repente los mareos, dolores de cabeza, diarrea, gastritis, vómito, tembladera en mi cuerpo todo me cegaba y me tenía que tirar en una cama porque los cólicos se apoderaban de mi cuerpo en su totalidad; y veía nuevos cambios en mi cuerpo que me hacían sentir aún más insegura, se me brotaba la cara como a una adolescente, y esos dolores me seguían con una potencia que me caía y me tocaba pedir auxilio para que me acompañaran de urgencias a una clínica u hospital.
Allá me revisaban y lo que comentaban era, cambia esas píldoras que te hacen mal, pide cita con el ginecólogo, y yo me decía otra vez no, pero eso hice. La última vez no me reconocí, estaba en la universidad, estaba en una clase, empecé a ver borroso el tablero y al profesor, pedí permiso para ir a la cafetería y me salí de clase, llegué a la cafetería y sentí el dolor más feo en mi vida, era en el pecho, estaba ahogada y ya no reconocía los rostros que estaban a mi alrededor y caí en el suelo.
Me desperté y estaba en la clínica que quedaba al lado de la universidad, esta vez se me acercó un médico muy simpático, me explicó lo que había pasado y comenzó a preguntarme que si sabía la fecha, que cómo me llamaba y a lo que me dedicaba, me dijo has tenido un ataque de ansiedad muy grave, me dijo que lo que me iba a decir que quedara entre los dos, por eso me reservo su nombre, que dejara de tomar pastillas anticonceptivas y que optara por medicina alternativa, porque con todo mi pasado y efectos hormonales no sabría si podría tener hijo/a en el futuro.
Después de eso mi menstruación ha sido como un especie de karma, ya estoy predispuesta y con cierto miedo a las reacciones, tomé la decisión de no tomar más de cualquier píldora así sea recomendada por el mejor ginecólogo del mundo entero, porque vivo con miedo, lo último que supe es que tengo miomas y quistes en los ovarios, y que los dolores que siempre me dan comienzan a manifestarse como 15 días antes, y puede que no llegue y se atrase, pero eso sí, los síntomas se quedan.
Todo eso me pasó por confiar en todos los médicos ginecólogos que visité o puede ser que no tuve la suerte de encontrar a una o uno que realmente se tomara el tiempo de seguir e investigar todas esas reacciones secundarias, que mi cuerpo cambió en su totalidad, que las pastillas hicieron un daño inminente en mí, por eso no apoyo esos métodos, y si una mujer tiene o no relaciones con alguien no tiene que ser ella la que tome esas pastillas que también la pueden dañar como a mí.
Que si sale embaraza y quiere abortar que lo haga, porque es una la que puede mandar sobre su cuerpo y no tener que pasar por todos los cambios que yo he pasado y me ha tocado callar hasta ahora, YA NO MÁS, los hombres también pueden y deben planificar, dejar el egoísmo, por esto apoyo el aborto, sólo la mujer puede decidir sobre su cuerpo, nadie más.