
El campo colombiano sigue dando señales de fortaleza y potencial, mientras las exportaciones totales del país registran una leve caída, el sector agropecuario continúa creciendo a doble dígito y se posiciona como motor de desarrollo económico sostenible.
Las exportaciones agropecuarias, de alimentos y bebidas se consolidan como protagonistas del comercio exterior colombiano. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en febrero de 2025 estas ventas alcanzaron los US$1.143,7 millones , lo que representa un incremento del 18,7% frente al mismo mes del año anterior.
En contraste, las exportaciones totales del país disminuyeron un 0,8% en febrero, debido principalmente a la caída del 17,5% en las ventas de combustibles y productos de las industrias extractivas. Este comportamiento revela un cambio en la estructura exportadora del país, en línea con la apuesta del Gobierno Nacional, menos dependiente del extractivismo y más enfocada en sectores sostenibles.
Café, palma y soja: estrellas del agro colombiano
Los productos que impulsaron el crecimiento del sector agroexportador fueron encabezados por el café sin tostar , cuyas exportaciones se dispararon un 70,1% , alcanzando los US$425,4 millones . También destacaron los extractos y concentrados de café , con un aumento del 49,1% (US$ 36 millones); el aceite de palma , con un crecimiento del 31,3% (US$43,3 millones); y el aceite de soja , que registró un impresionante aumento del 277,6% , llegando a los US$11,4 millones .
El comportamiento positivo no se limita a febrero. En el acumulado de enero y febrero de 2025, las exportaciones del sector agropecuario, alimentos y bebidas alcanzaron los US$2.288,3 millones , un crecimiento del 29,5% frente al mismo período del año anterior. Este ritmo de expansión no solo es una buena noticia para la balanza comercial, sino también para miles de familias campesinas que se benefician del dinamismo exportador.
El Ministerio de Agricultura destacó que este impulso exportador refleja el enorme potencial del campo colombiano para producir alimentos de calidad, conquistar mercados internacionales y mejorar los ingresos de campesinos y campesinas . Al mismo tiempo, evidencia una transición económica en curso: mientras decrecen los ingresos por exportaciones de combustibles fósiles, crecen los aportes de sectores más sostenibles como el agropecuario.