Por AFP
Los negociadores del histórico pacto de paz en Colombia cuestionaron al jefe de la OEA por desconocer los incumplimientos de algunos compromisos asumidos con la disuelta guerrilla FARC por parte del gobierno de Iván Duque.
En una carta el movimiento Defendamos la Paz, que también reúne a dirigentes, intelectuales, y activistas de derechos humanos, lanzaron varias críticas al secretario general Luis Almagro antes de que instale este miércoles la Asamblea General de la OEA en la ciudad de Medellín.
Almagro fue blanco de dardos por haber sostenido el 24 de mayo, en una declaración pública, que Duque “ha hecho todo por mantener la paz” y profundizar el acuerdo con “justicia”.
“Lamentablemente, la situación es muy distinta de la que usted describe en su Declaración”, replicaron los delegados del ahora partido FARC y del expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018) a casi tres años de haber firmado el pacto que condujo al desarme de unos 7.000 combatientes.
Y le pidieron a Almagro “una aproximación más objetiva y más realista a la paz en Colombia”.
La organización que defiende lo pactado en 2016, y que cuenta con el apoyo de 410 firmas, reparó en el fallido intento del gobierno de modificar, vía legislativa, algunos puntos del sistema especial que juzga los peores crímenes cometidos durante medio siglo de conflicto con los rebeldes marxistas.
Asimismo, reseñó el asesinato de 155 exguerrilleros “en situación de indefensión”, “lo que sumado a los cientos de líderes sociales asesinados dibuja un panorama muy incierto para solidificar la confianza en el proceso y avanzar en la senda de una paz sólida y duradera en todo el territorio nacional”.
En ese sentido, el movimiento enfatizó en su “desacuerdo” con lo dicho por Almagro no solo “porque desconoce y contradice la realidad fáctica de lo que acontece” en Colombia, sino porque tampoco concuerda con informes emitidos por organismos de la propia Organización de Estados Americanos (OEA).
Los exdelegados cuestionaron igualmente una afirmación del secretario general según la cual las negociaciones de paz influyeron en el aumento récord de narcocultivos, una “herencia” que Duque asegura estar enfrentando en medio de la fuerte presión de Estados Unidos, el mayor consumidor de la cocaína que se produce en Colombia.
El gobierno frenó “el estímulo” de la sustitución voluntaria de esos plantíos y está “optando por la vía represiva” que incluye la reactivación de las fumigaciones aéreas con el herbicida glifosato, suspendidas bajo el gobierno de Santos por su potencial riesgo a la salud humana.