viernes, enero 17

30 años de memoria silenciada

Por: Lennin Fernández Tovar

El movimiento político ¡A Luchar! fue una expresión organizada por un sector importante de la sociedad colombiana, hizo su presentación pública como un Acuerdo Político Sindical en el Encuentro Obrero, Campesino y Popular, realizado en marzo de 1985.  Y bajo apuestas de movilización social, directa y extrainstitucional, buscó transformar las dinámicas con un método correcto o dialéctico de la política tradicional y con ello propiciar cambios sustanciales en el sistema social, económico y político.

Durante su existencia como proyecto político recogió a miles de hombres y mujeres de los sectores campesinos, obreros, estudiantiles, magisteriales, sindicales, indígenas, afrodescendientes, religiosos, artísticos y cívicos que compartieron la propuesta de la construcción de poder popular como apuesta de ampliación democrática y salida a la crisis política y social que afectaba al país en la década del ochenta. Este movimiento lideró la movilización de decenas de miles de habitantes de diferentes regiones de la geografía nacional que buscaron por medio del ejercicio de la protesta social una participación más directa en la política y atención a las necesidades de sus comunidades.

Y hoy 30 años después, se ha dado el primer paso para construir la memoria política, tuvieron que pasar  tres décadas, una generación completa, para volver a mencionar a un movimiento que cambió e ilusiono a quienes buscaban una nueva forma de hacer política en nuestro país.

A Luchar, lideró movilizaciones de dimensiones nacionales y con gran impacto como el Paro del nororiente (junio de 1987), que movilizó a personas en siete departamentos del país; la marcha de la Bota caucana (noviembre de 1987) y las marchas de mayo (mayo de 1988) que en diez departamentos contó con la participación de miles de personas, sumándose a experiencias como la campañas ‘El Pueblo Habla el Pueblo Manda’, procesos de recuperaciones de tierras en diversas partes del país y ‘El No Voto’ que condensaron en gran parte su apuesta política de construcción de poder popular.

Dentro de las acciones extra institucionales que lidero A ‘Luchar, encontramos los cabildos populares que se realizaron en Barrancas y Pailitas y que cambiaron la forma de ver la lucha social y configuraron una nueva manera de lucha política.

Hoy, 30 años después, podemos ver un movimiento que ha sido silenciado por la historia, que ha sido ocultado y que a algunos todavía les da miedo hablar de él. Ese miedo nos llevó a que solo 30 años después nos atreviéramos a empezar a hablar de la memoria política de A ‘Luchar. Movimiento exterminado por la política estatal, de matar y desplazar a quien piensa y busca construir una Colombia diferente, sufriendo  723 violaciones de derechos humanos en el periodo de 1988 a 1993, 260 hechos letales  (254 asesinatos más 6 ejecuciones extrajudiciales) y 80 casos de desaparición forzada[1].

A pesar de estos hechos, aun cuando se habla del asesinato o las acciones victimizantes contra cualquier miembro del movimiento, encontramos una memoria silenciada, pues  siempre que se busca  organizar algún evento o alguna actividad de memoria histórica, se pide que sean en un espacio privado, con pocos invitados, solo los amigos y es cuando entonces,  convertimos esa línea de ser un discurso de familia, en un discurso cerrado y la memoria política de A ‘Luchar se pierde, quedando solo entre nosotros, entre los que aún nos atrevemos a hablar de lo que representa, El Pueblo Habla El Pueblo Manda.

Nuestras víctimas las del periodo hasta el 93, las que sub siguieron el proceso comuneros y en el proceso de los movimientos comunales en especial en el Sur del Cesar, lo que hasta ahora se ha podido documentar, afronto un periodo corto, con acciones centralizadas en Santander y sur del Cesar, pero aún no se ha documentado otros periodos, como el comprendido entre 1994 – 1996 en el  sur del Cesar: la arremetida contra el sindicato de los trabajadores  palmeros, la arremetida contra los líderes sociales en Pailitas y el hecho de haber elegido a Manuel Angel Mejia, un campesino, de alcalde, ex militante de A luchar, quien junto a líderes como Ernesto Fernández Fester gestaron el Movimiento de Integración Cívico Comunal- MICC, movimiento que provenía de los procesos sociales direccionados por A ‘Luchar, que gano la alcaldía y 6 concejales en el municipio,  pero esa historia, la historia del MICC y sus militantes, 14 de ellos asesinados,  está por hacerse, donde debe tener un análisis especial la participación de las mujeres que lideraron codo a codo las luchas en el municipio, en esa historia se resaltan muchas luchadoras que dieron todo para cambiar la forma de gobernar.

y, ¿Qué hacer como víctimas de A’luchar? 30 años después debemos romper el miedo y asumirnos como víctimas de un movimiento que luchó por el cambio de nuestro país, nuestras víctimas, las que murieron, las que se tuvieron que ir, las que aún están por fuera, necesitan nuestra voz para sentir que nuestra lucha política no fue una lucha perdida. Esa lucha política que representó Ernesto Fernández con su canto, con su lucha social, con su lucha constante, no fue una lucha malgastada y que ese rescate de la memoria política lo vamos a hacer en la construcción no sólo de acciones judiciales para los que activaron las balas. En últimas, todas las víctimas sabemos quién disparó, sí fueron los paramilitares o fue el Ejército, si fueron desconocidos; nosotros sabemos quién disparó.

La gran pregunta que tenemos las víctimas hoy 30 años después es ¿Quién determinó, quién financió y quién se benefició de los asesinatos de cada uno de estos dirigentes sociales y estos líderes políticos de A ‘Luchar?, esa es la gran pregunta que nos debemos hacer para buscar una verdad,  nuestro  discurso de exigencia de verdad es porque no existe esa verdad y la desean mantener oculta, porque detrás del asesinato de nuestros líderes sociales, de antes y de ahora, está un poder político y económico que necesita mantener en silencio forzoso a quienes denuncian los abusos de un poder económico que gobierno a sangre y fuego.

A ‘Luchar representó luchas, y sus víctimas debemos alzar esa lucha para hacer un verdadero homenaje a la memoria política, hoy algunos continuamos con militancia política. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a quienes dieron su vida por nuestro país.

 

LENNIN FERNÁNDEZ TOVAR

Líder Social – Victima del Paramilitarismo.

[1] Datos tomados del Informe Esta Generación Está En Peligro Experiencia Y Genocidio Político Contra ¡A Luchar.

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