Formalmente Notificados
El pasado 23 de octubre de 2020 uno de los grupos armados de ideología uribista cercanos al narcotráfico, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, anunció públicamente su campaña de exterminio contra quienes consideran son “comunistas” opositores al gobierno.
Fuente: Las2orillas.
Con esta acción se formaliza algo que en la práctica ya se venía dando desde el regreso al poder del Centro Democrático, de hecho, una vez se dio a conocer el comunicado algunos seguidores del movimiento político acudieron a respaldar la noticia.
Fuente: Pantallazo de Twitter.
Obviamente este hecho causa consternación, más después del asesinato de tres dirigentes de la campaña opositora y de que en días pasados las AGC hubiesen hecho presencia física en 30 departamentos del país sin que hubiese la menor reacción de la fuerza pública.
Fuente: Pantallazos de Twitter.
Es innegable que hoy Colombia está sumida en un baño de sangre caracterizado por grupos armados que atacan población civil, bajo la excusa de considerarlos opositores. Desde esta perspectiva han sido asesinados más de mil líderes locales así como ambientalistas, profesores, e incluso indígenas, uno de los grupos más golpeados y razón de una preocupante nota sobre el país publicada en el NY Times.
Fuente: Pantallazos de Twitter.
El Fascismo repite sus prácticas.
Las similitudes históricas del caso colombiano con los genocidios sucedidos en Alemania e Indonesia se hacen evidentes.
El de Alemania, claro, fue el proceso del holocausto nazi en donde iniciaron con la estrategia de señalar que los judíos serían la puerta de entrada del comunismo al país. En su momento semejante desfachatez tomó por sorpresa a los ciudadanos, pero después, ya conocemos la carnicería en que terminó.
Curiosamente en Indonesia la estrategia fue similar, patrocinados por la Embajada de Estados Unidos en 1965, las mafias locales se aliaron con la fuerza pública para hacerse al poder con la excusa de “combatir el comunismo”. El resultado, más de un millón de personas ejecutadas una vez eran señaladas de “comunistas”, ojo “señaladas”, realmente ni siquiera lo eran, eran simplemente opositores a que organizaciones criminales tomaran el control del Estado en su país.
El caso alemán, ¿Cómo prepararon el exterminio lo nazis?
El filólogo judío Víctor Klemperer, testigo de excepción del holocausto, escribió un diario a partir de 1933 donde narró fecha a fecha lo que él veía y escuchaba sobre las estrategias de comunicación nazis. Dicho diario sería publicado en 1947 bajo el nombre La Lengua del Tercer Riech, y es un valioso documento para entender cómo el fascismo preparó a la sociedad alemana para el exterminio de una parte de la población, quienes otrora eran sus vecinos.
De acuerdo con lo narrado por Klemperer, la historia comienza así:
La primera acción del Nacismo fue instaurar en la opinión pública alemana que Adolfo Hitler era el “Salvador del País” y el más grande líder político de la Historia alemana.
Joseph Goebbels, su ministro de propaganda, respaldado por los banqueros alemanes, fue el encargado de dicha tarea, a partir de la repetición constante en los medios de comunicación alemanes del titular “salvador” al lado del nombre de Hitler.
La segunda acción fue generar una gran estructura de información falsa, de difamación contra quienes se opusieran a los planes de control total y las ambiciones políticas de Hitler. Fue así que no solo sus opositores recibieron todo tipo de calumnias, también profesores y medios de comunicación o simplemente cualquiera que a partir de su conocimiento pudiese convertirse en un obstáculo.
La tercera acción descrita por Klemperer, fue la generación de miedo para unir a la opinión pública en torno a defender Alemania frente a la “amenaza judía” o el “Comunismo” que querían apoderarse del país, o la mejor frase de todas “Los judíos serán la entrada del comunismo a Alemania”.
Allí, recurrieron a videos propagandísticos, libros, panfletos y especialmente, afiches en las calles que ratificaban la información falsa y de los cuales aún se recuerda la película “el judío errante” que vinculaba a esta población con el desarrollo de enfermedades y por la cual era necesario aislarlos.
En el lenguaje comenzó el holocausto, parte de este mecanismo incluyó el desarrollo de palabras nuevas y de tinte peyorativo que permitieran etiquetar a sus opositores o ser asociados con algo negativo para la sociedad, es decir destruir el valor de la persona con etiquetas que permitieran imponer el genocidio.
En este sentido del lenguaje, Klemperer también describe la ramplonería y el lenguaje descuidado, ello buscando “fanatizar” grandes masas pobres mostrando con orgullo ese enfoque “popular”.
La estrategia fue entonces “decir lo que quieren escuchar, hacer lo que nos interesa”. Klemperer narra en su diario el paulatino cambio de sentido de las palabras, “suavizando el lenguaje” con eufemismos, para que con palabras aceptables, la población alemana se fuese acostumbrando a los asesinatos selectivos y a los horrores del holocausto.
Parte de este manejo del lenguaje consistió en acercarse a estructuras religiosas para mostrar a Hitler como el redentor. De allí, señala este testigo de excepción, que los seguidores de Hitler desarrollaron “un lenguaje de fe” a tal punto que ocasionalmente el “amado Führer” cerrara no pocas veces sus airados discursos con la palabra “amén” (p 143).
“El acto de matar” en el caso Indonesio
Para ponerlos en contexto, en los años 60 en Indonesia, las mafias regionales (todo tipo de organizaciones criminales incluidas las del narcotráfico) se aliaron con la fuerza pública para hacerse al poder en este país del sudeste asiático.
El ejercicio fue tan simple como cruel, una vez obtenido el respaldo político de Estados Unidos, los clanes mafiosos declararon “comunistas” a sus opositores políticos (cualquiera fuese su origen o iniciativa), para que la fuerza pública pudiese dedicarse a su exterminio, que al día de hoy se calcula en más de un millón de personas.
Así de simple, declaraban “comunistas” a sus opositores y una vez hecha la respectiva campaña de desprestigio se dedicaban a exterminarlos.
La alianza entre los clanes mafiosos y la fuerza pública, con el pretexto de combatir el comunismo, eliminó a cualquiera que los señalara por sus delitos o que osase pedir el retorno de la democracia, consolidando así la estructura de su poderío delictivo, siempre y cuando no afectaran los intereses norteamericanos en la región.
¿Cómo funcionó esta alianza para el exterminio de civiles y la “refundación nacional”?
Ha observado usted los casos en que una organización criminal se asocia con miembros de la fuerza pública para cometer crímenes y salir impune? Bien, eso fue lo que sucedió a gran escala y en todo el país.
Para ello 3 palabras fueron las claves: Riqueza, Impunidad e ilegalidad. La alianza entre la mafia y la fuerza pública por el control institucional tuvo 3 ejes, en primer lugar la construcción de riqueza mutua a partir del saqueo de bienes de la nación y el narcotráfico, en segundo, un compromiso para garantizarse mutuamente impunidad y tercero, para cumplir las dos anteriores, defender un estado de ilegalidad atacando al sistema judicial, hecho que incluyó asesinatos y amenazas contra jueces, testigos y denunciantes.
Tú me cubres, yo te cubro
Este tipo de alianza es la que articularía cualquier organización criminal en donde existiera el apoyo o complicidad de la fuerza pública, tú me cuidas mientras cometo el delito y todos recibimos parte de la ganancia.
El caso indonesio arroja muchas luces o brinda una óptica para atar cabos y comprender lo que pasa en Colombia, a miles de kilómetros y casi 60 años después
Veamos, sobre el eje de la “Riqueza” los clanes mafiosos buscaron capturar el poder como mecanismo para garantizar sus ingresos provenientes del narcotráfico y del saqueo de los recursos del país, cada parte se haría rica a su manera respaldando a las demás.
Sobre el eje de la “ilegalidad”, evidentemente los actos que realizaban correspondían a actividades ilegales, principalmente corrupción y narcotráfico, y claro todos sus conexos, incluyendo curiosamente, el exterminio de poblaciones y el desplazamiento para apropiación de tierras.
En esta alianza criminal que se tomó a Indonesia el tercer eje fue fundamental, la “impunidad”, las partes se dedicaron a cubrirse las unas a las otras a cualquier costo, incluyendo la destrucción del sistema judicial, bien fuese con asesinatos, con intimidaciones o simplemente poniendo hombres de cada clan mafioso en las instituciones de control.
Cada parte se dedicó a impedir que juzgaran a la otra, o que alguno de sus miembros importantes fuese capturado. Un contubernio criminal perfecto, un baño de sangre descomunal para garantizar en el poder a la mafia.
Ahí tienen ustedes, dos ejemplos históricos, una sola realidad nacional.
Fuentes y links claves:
Klemperer, Víctor. (2001). La Lengua del tercer Reich. 1947. Editorial Minúscula.
Oppenheimer, Joshua. El Acto de Matar. Película. https://www.youtube.com/watch?v=EVqF1-FBUNo
Las 2 Orillas: https://www.las2orillas.co/iniciaremos-el-exterminio-con-los-comunistas-de-la-colombia-humana-en-la-guajira/