Viva air, que ostenta ser la aerolínea que le cumple los sueños a los viajeros de viajar low cost, es hoy el dolor de cabeza de millones de pasajeros a quien esta compañía, literalmente, les vió la cara.
Lo que ha pasado en las últimas horas con Viva Air ha dado mucho de qué hablar. Mientras millones de viajeros en Colombia y en otras partes del mundo reclaman que la aerolínea responda por las consecuencias de cancelar las operaciones, los de corbata que están tras la polémica decisión se han lavado las manos y han buscado responsabilizar por completo a la Aeronáutica Civil para no dar trámite a las soluciones.
La magnitud de la decisión de la aerolínea ya llevó a la Superintendencia de Transporte a investigar irregularidades por parte de esta compañía, pues se ha denunciado que al momento de comunicar la cancelación de operaciones, Viva Air seguía vendiendo pasajes a través de la página web, habrían cobrado sobrecargas en peso de equipaje y no había representantes de la aerolínea en los aeropuertos dando la cara. Todo esto a pesar de que esta aerolínea ya lleva más de 6 meses informando que enfrenta una grave crisis financiera.
“La Superintendencia de Transporte encontró méritos para abrir investigación administrativa y formulación de cargos, sustentada entre otras cosas, en que la aerolínea en mención no acompañó dicha suspensión con el suministro de información completa, veraz, oportuna y precisa a cada uno de los usuarios, según lo ordenado por el Estatuto del Consumidor y los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia”, detalló el ministerio de Transporte en un comunicado.
Como si este paquete de injusticias no fuera suficiente, el presidente de esta compañía, Francisco Lalinde, aseguró en la mañana de este miércoles que tampoco se les devolvería el dinero a los viajeros porque existía una imposibilidad material por parte de Viva.
La situación es aún más grave para 400 colaboradores, que significan la tercera parte de su fuerza laboral, porque Viva Air está pensando en prescindir de su servicio.
De momento, el presidente Gustavo Petro y el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, se reunieron para dar solución a las afectaciones que han tenido los pasajeros con el cese de operaciones de la aerolínea amarilla.
En dicha reunión, el Ministerio de Transporte no descartó la toma de la compañía, con el fin de protección a los usuario y a los más de 1.700 trabajadores de la aerolínea low cost.
Como en este embolate no solo está Viva Air, la Superintendencia de Transporte también tendría reparos contra la Aeronáutica Civil por no controlar cobros y actividades de la aerolínea a pesar de saber que esta no seguiría prestando sus servicios por tiempo indefinido.
Precisamente, esta entidad también ha sido fuertemente cuestionada por el proceder en medio de la crítica situación que enfrentan los viajeros en Colombia y en otros países.
Recordemos que esta guerra entre la entidad y Viva Air ha sido porque esta última ha solicitado la integración con Avianca con el fin de “superar su crisis económica”, no obstante, esta medida de ser aprobada, permitiría que el monopolio quede en manos de una mega compañía violando la libre competencia.