Por AFP
A la 1H30 de la madrugada del 19 de abril, un pequeño dron despegó de un aparcamiento de Baltimore con un riñón refrigerado a bordo y recorrió 4,5 km para aterrizar sobre el techo del hospital universitario de Maryland.
Hizo falta una autorización especial de sobrevuelo para esta misión de diez minutos, y la policía cerró por precaución las calles sobre las que se desplazó el aparato, que volaba a 120 metros de altitud.
Pero la experiencia (coronada con éxito, ya que una mujer fue trasplantada) muestra que la tecnología de entrega por dron, que ya funciona para paquetes comprados por internet en algunos países, puede ser explotada de forma realista para mejorar el sistema actual de transporte de órganos y reducir el costo.
La medicina integraría así lentamente el sector de la venta por internet, y Google ya ha obtenido la autorización para comenzar este año las entregas por dron en algunas ciudades de Australia y de Estados Unidos.
“Creo que de aquí a unos cinco años empezaremos a ver entregas de órganos de forma más regular”, dijo a la AFP el médico Joseph Scalea, cirujano y líder del proyecto en el centro médico de la universidad de Maryland.
“Y las entregas por dron pasarán a ser ampliamente factibles de aquí a cinco años”, señaló.
El tiempo es el mayor problema para el transporte de órganos. En 2018, el 1,5% de los órganos no llegaron a destino, y el 4% sufrieron un retraso de al menos dos horas, según la red estadounidense encargada del sistema de donaciones de órganos.
Actualmente, los órganos son transportados por sociedades especializadas que les hacen viajar a bordo de líneas aéreas regulares o que fletan pequeños aviones si es necesario. En la ciudad, el transporte suele ralentizarse por los atascos.
El doctor Scalea imagina un futuro donde los drones harán el trayecto de los hospitales a los aeropuertos, o entre los hospitales de una misma ciudad.
“Hay muchas ventajas potenciales, incluso en las cortas distancias de seis, siete u ocho kilómetros”, indicó.
El médico, que fundó una sociedad de gestión de datos para el transporte de órganos convencionales y “no convencionales”, compara el sistema con un servicio tipo Uber, más flexible y menos costoso que los “taxis” que se utilizan actualmente.
Según él, el costo medio de transporte de un riñón es de 5.000 dólares.