por Luana Sarmini-Buonaccorsi / AFP
Castigada por una fuerte inflación, Turquía entró en recesión por primera vez desde 2009, una mala noticia para el gobierno a tres semanas de las elecciones municipales.
En el cuarto trimestre de 2018 el PIB se contrajo 3% a ritmo interanual, anunció el lunes la oficina de estadísticas (Tuik), y de 2,4% en relación al trimestre anterior.
En el tercer trimestre el PIB ya había registrado una contracción de 1,6%, según los datos revisitados este lunes (-1,1% según la estimación inicial), lo que significa que Turquía entró en recesión, por primera vez desde 2009.
El crecimiento para todo 2018 alcanzó 2,6%, un cifra inferior a las previsiones del gobierno que había pronosticado una progresión del PIB de 3,8%, y muy por debajo del 7,4% en 2017.
Esta desaceleración se explica en gran parte por una fuerte inflación y una crisis monetaria iniciada en agosto, latigazo de las tensiones diplomáticas entre Ankara y Washington, y la desconfianza de los mercados a las políticas económicas del gobierno turco.
– Elevada inflación –
La publicación de estas cifras se produce en plena campaña para las elecciones municipales del 31 de marzo. Y podría perjudicar al partido del presidente Recep Tayyip Erdogan, puesto que la economía aparece como la principal preocupación de los turcos.
La moneda turca perdió casi 30% de su valor en 2018, pero desde principios de año se estabilizó. El lunes, el dólar se cambiaba hacia las 10H30 GMT a 5,43 libras.
En febrero, la inflación anual alcanzó 19,67%, pasando por debajo de 20% por primera vez desde agosto.
El gobierno ha multiplicado las medidas para luchar contra el alza de los precios, y en un primer momento estableció reducciones de precios voluntarias para ciertas empresas y comercios.
En febrero, después del anuncio de un aumento de los precios de los alimentos de más del 30% interanual, las autoridades instalaron puestos municipales en los que se vendían frutas y verduras muy rebajados, lo que provocó que se formarán largas colas.
“Antes de las elecciones locales, Erdogan intenta contener los precios de la alimentación pero, tras las elecciones, estos podrían aumentar más”, explica a la AFP Nora Neuteboom, economista en ABN Amro.
El ministro de Finanzas, Berat Albayrak, afirmó no obstante en Twitter que “lo peor (…) está detrás”, imputando el desempeño de la economía a los “ataques especulativos” y a la desaceleración de la economía mundial.
“Técnicamente, según nuestras últimas previsiones, Albayrak tiene razón”, estima Neuteboom, que prevé una recuperación del crecimiento en el cuarto trimestre de 2019.
Una conclusión a la que también llega Jason Tuvey, economista de Capital Economics, que también estima que “lo peor probablemente ya pasó”. Cree sin embargo que el PIB turco va a contraerse 2,5% en 2019.
Estos datos llegan en el peor momento para Erdogan, el hombre del “milagro económico”, que hizo entrar a Turquía en el club de los 20 países más ricos, y cuyo Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador) no ha perdido ningunas elecciones desde 2002.
Los sondeos señalan sin embargo que el AKP tendría que ganar los comicios, aunque perdiendo algunos municipios.