Por: Urías Velásquez/ twitter: @uriasv
Existen innumerables razones para marchar en este país el próximo jueves #21deNoviembre, las hay políticas, sociales, históricas, humanitarias, pero, por sobre todo, económicas.
Vivimos en un país inequitativo y desigual -el segundo peor en Latinoamérica apenas atrás de Haití, si Haití el país más pobre del mundo- sin posibilidades de empleo y, lo peor, sin espacios para el emprendimiento. Aun así, este tercer gobierno de Uribe –Duque es solo parte de la decoración de Palacio- cada día toma más medidas económicas que apachurran y golpean sin misericordia a la clase trabajadora.
Acompáñeme en este artículo mientras yo le cuento las razones económicas en el tema pensional y laboral por las que debemos salir masivamente a las calles este próximo jueves 21 de noviembre de 2019.
Entre las propuestas lesivas al trabajador colombiano en relación al tema pensional suenan las siguientes:
a) Fin de Colpensiones (http://bit.ly/2PVSOGF) lo que significa que el régimen de prima media (solidario) se acaba y todos los colombianos quedamos en las fauces del lobo: es decir, a merced de los fondos de pensiones privados que prácticamente no pensionan a nadie y que, en cambio, si se enriquecen con los ahorros de los trabajadores colombianos.
b) Otorgamiento de pensiones por debajo del salario mínimo. (https://bit.ly/352jxWy). En otras palabras, si sus ahorros no le alcanzan para una pensión, el fondo en lugar de devolverle sus dineros, ahora se los retendrá y a cambio le dará una irrisoria cuota mensual que, en todo caso, será insuficiente para vivir, mucho menos para costearse los onerosos tratamientos médicos que suele traer la vejez.
c) Aumento de las semanas a cotizar. O incremento de la edad de pensión. Aumentar 5 años de cotización para las mujeres y llevarlas a 62 años (https://bit.ly/32lMRFP) y aumentar 3 años a los hombres para pensionarlos solo a los 65 años. (https://bit.ly/2CTyiic).
d) Aumento de la comisión para el fondo administrador, llevándola del casi 3% actual (que se divide entre comisión y los seguros previsionales) hasta un impresionante 4%. (https://bit.ly/2rStBmJ). Ojo que este 4% es sobre el valor del salario base, no sobre el valor que se cotiza, es decir, que la comisión de los fondos privados de pensión sobre su aporte será del 25% (4/16) de lo que usted aporte. Una comisión cobrada y aplicada DIARIAMENTE. Por eso es que los fondos de pensiones son de las empresas más rentables del país, rentables para el dueño, claro. Porque el afiliado día tras día ve disminuidos sus aportes y sus sueños de tener una vejez digna esfumados.
e) Innumerables trucos para la NO devolver los ahorros pensionales a aquellos que no puedan acceder a su pensión, el más sonado aquel que le da a una persona apenas 10 días para reclamar las devoluciones a las que tuviera derecho. (http://bit.ly/33qHdTZ). Un absurdo, si se tiene en cuenta que la mayoría de las personas no saben o no se enteran del derecho que tienen a la devolución de saldos sino meses y hasta años después de darse la situación.
Pero si el tema pensional es desmedido y salvaje el de la reforma laboral es peor. Entre las propuestas que se ventilan en los medios de comunicación preocupan las siguientes:
a) Aumento de la cotización de pensiones al increíble 20% de los ínfimos ingresos del trabajador colombiano (https://bit.ly/2NocrFG), (https://bit.ly/33VNJT4). Es decir, que por cada 5 días de trabajo usted tendrá que consignarle uno a los fondos de pensiones y otro a las EPS. A los fondos para que jueguen con su dinero y a las EPS para que le formulen aspirina y le nieguen los tratamientos a que por ley usted tiene derecho.
b) Reducción de salario para los empleados menores de 28 años, llegando el pago a ser apenas del 75% del salario mínimo. Es otras palabras si usted es menor de 28 años apenas recibirá un poco más de 600 mil pesos pues el gobierno le arrebatará 25 pesos por cada 100 pesos que ganaba hasta ahora. O si lo quiere ver de otra manera es como si de un solo ‘raponazo’ le estuvieran quitando tres meses de salario por cada año. Esta propuesta de Uribe y su banda por supuesto es disfrazada diciendo “que la medida ayudará a generar empleo para los jóvenes”… cosa que nos es cierta, primero porque nadie a los 28 años es un joven que apenas inicia su vida laboral. Y, segundo, porque lo que sucederé en la práctica es que los empresarios despedirán a todas aquellas personas que tengan más de 28 años pues les será mucho más barato contratar a alguien menor. (https://bit.ly/2NTaTnA). Ver también las gaceta del congreso 973 del 2 de octubre de 2019. (http://senado.gov.co/index.php/az-legislativo/gacetas)
c) Fin del contrato laboral a término indefinido, esto significa que Colombia pasará a la modalidad de contrato por horas, lo que hará que el trabajador pierda cualquier estabilidad laboral. Es decir, que de ahora en adelante usted y los suyos estarán desempleados y todos los días tendrán que pasar por la angustia de tener que salir a buscar trabajos que no existen. En un país sin oportunidades esto lo que significa es llevar las tasas de desempleo a niveles aún más dramáticos. (https://bit.ly/2qYx42A) y (http://bit.ly/2Nr8eBl).
d) Reducción del salario mínimo. Con esta reforma el gobierno le cumple el sueño eterno a “los genios de la economía nacional”, entre ellos: a Carrasquilla, el sumun de la ética nacional que no tiene problema en usar su cargo para cuadrar leyes que, luego, explota comercialmente, así esos negocios dejen sin agua a municipios enteros. A Montenegro, el principal enemigo de la clases trabajadora y al que le parece que un mínimo es una suma descaradamente alta que un trabajador colombiano no merece y no tiene por qué ganar. A Echeverri y Zuluaga, exministros que todavía no explican cómo en sus administraciones se gestaron los escándalos de corrupción más escalofriantes de la nación. Pero el gobierno no está solo en este despropósito, lo acompañan los políticos incrustados en el Banco de la Republica, que fungen de técnicos que no son y cuyo único credo es el rebajarle las condiciones mínimas de subsistencia al trabajador.( (https://livestream.com/banrep/rueda-prensa-06-11-2019/videos/198673567)) Y para eso, Gobierno y Banco recurren a teorías vetustas, ya ampliamente superadas y que solo se sostienen por la necesidad que tienen algunos de justificar las grotescas diferencias en la repartición del ingreso nacional. Mentiras a las que solo se apegan aquellos que quieren mantener los privilegios más allá de cualquier racionalidad. Para el que insista en esta payasada le recomiendo leer Steve Keen, Economía Desenmascarada capítulos III, IV y V. O las teorías de Kalecki y Kaldor al respecto (si no las entienden, por favor comuníquese conmigo a mi twitter), pero, por sobre todo, los estudios de costos de producción de Eiteman y Guthrie de 1952.
e) Salario mínimo diferencial por regiones: en otras palabras el gobierno quiere que en ciudades intermedias y pueblos alejados de Bogotá las personas ganen mucho menos del salario mínimo. Esto en la práctica significa que un trabajador en una ciudad como Armenia, Pasto, Popayán, Cartagena o Cúcuta podría ganar apenas 10 mil pesos diarios, 10 mil pesos diarios ¡una verdadera miseria! (https://bit.ly/32Vn73g)
Así que sí, por donde lo mire: hay razones suficientes para salir a las calles este #21N y decirle pacíficamente al gobierno de Uribe que no estamos de acuerdo con sus medidas económicas que perjudican al trabajador y en el mediano y largo plazo también al empresario colombiano. Sí, decirle a Uribe que “a Colombia no la está matando la pereza y que la solución no es recortar las horas de sueño, recortar los pocos días de vacaciones o recortar los descansos dominicales” como él lo propone en: https://bit.ly/2KvLA8X. Sí, que la solución no es continuar acabando con los pocos derechos que le quedan al humilde trabajador, sí, esas personas buenas que madrugan a trabajar y moler de sol a sol –no como los vendedores de manillas millonarios- para poner en la mesa de sus hijos un simple plato de comida. Sí, el #21N es el día para decirle a Uribe que esta generación no se olvida que fue él quien le quitó las horas extras, le quitó el recargo dominical y, además, metió a Colombia en el carrusel de la muerte que se han convertido las EPS amparadas por su nefasta ley 100 que fabricó casos como el de Salucoop.
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