sábado, diciembre 14

Querida Vicky

Por: Beto Coral

La primera parte de esta columna es para el lector, la segunda, para la señora en cuestión.

El pasado 30 de abril,  el gobierno de Iván Duque, en plena emergencia por la pandemia, suscribió un contrato por más de 3.350 millones de pesos que tenía por objeto la “definición e implementación de la estrategia de imagen y posicionamiento ‘online’ del presidente”. El contrato fue firmado con la empresa “Du brands”, La agencia, ya había manejado la publicidad de la campaña del presidente cuando este fue candidato. Se conoce el contrato, el monto, la empresa, el objeto, la fecha, pero no los subcontratistas a los cuales esta agencia subcontrata para posicionar al presidente en las redes sociales y cumplir su objetivo.

La fecha coincide con el inicio de las trasmisiones que hace a diario el presidente para explicar las medidas impuestas para supuestamente hacerle frente a la pandemia, quien ha visto por lo menos 15 minutos de dichas trasmisiones, tiene claro que el Presidente no dice nada, repite, divaga, se equivoca constantemente debido a su poca locuacidad, no da ningún concepto técnico ni científico. Mejor parece una actividad política que busca precisamente eso, posicionar al presidente, al principio le funcionó, como lo muestran las encuestas y a pesar de tener encima el escándalo de la ñeñe política, su imagen positiva subió, pero ahora después de 100 trasmisiones y solo pura retórica politiquera, Colombia se encuentra en el peor momento de la pandemia, siendo este un reflejo de la pésima manera como ha venido manejando la crisis el señor Duque. Claramente es un detrimento patrimonial y una mala utilización de los recursos públicos seguir con dicha actividad al mejor estilo chavista de “aló presidente”.

Pero algo llama la atención, si bien el presidente cuando decretó el aislamiento obligatorio en el mes de marzo, empezó inmediatamente con sus trasmisiones, la revista semana empezó a trasmitir en vivo el programa del presidente en cabeza de su principal “periodista”, Vicky Dávila. Revisé cada uno de los más importantes medios de comunicación como la FM, Caracol radio, WRadio, BluRadio, El canal digital de EL Tiempo, la paginas de Caracol T.V y ni la misma RCN, trasmiten la señal en vivo completa del presidente Duque, solo el canal institucional lo hace. Desde el 20 de mayo, 20 días después de firmar el infame contrato con “Du brands”, la señora Vicky, acuciosamente, ha trasmitido el programa en vivo directamente desde su “fan page” de facebook con más de 419 mil seguidores,  repito, no trasmiten los apartes, tampoco el resumen, ni es un compilado con los segmentos más importantes de dicha trasmisión. Es toda, con el mismo título de “el presidente Iván Duque, en una nueva alocución, informa a los colombianos sobre las medidas…”. Cabe señalar que esta trasmisión  se puede hacer a través de un aplicación llamada OBS con el enlace de la misma o a través de una captura de video.

¿Desde cuándo Vicky Dávila y revista semana se convirtieron en medios del gobierno? (Bueno, oficialmente) ¿lo hacen gratis? Lo dudo.

El 11 de febrero de este año, se registró un bochornoso espectáculo en vivo, en el que Vicky Dávila insultó y humilló a un periodista de su misma estirpe (aduladores del establecimiento), lo trató de lagarto, inepto, peludo y fracasado, hasta le echó en cara haberlo llevado a trabajar a la FM, como si ese asunto le importara a los colombianos que lastimosamente buscan informarse en temas de la actualidad noticiosa y terminan viendo estos patéticos espectáculos. Lo extraño es que el pasado 7 de julio, cuando representantes del Polo, pusieron en tela de juicio el fin de estas trasmisiones del presidente, ella misma le dio espacio en su programa al señor “Archivaldo”, (bautizado así por ella misma), para que defendiera la postura del gobierno de seguir ocupando ese espacio, ¿extraño, no? Viva la paz y la reconciliación, pero claramente creen que el pueblo Colombiano es pendejo.

Señora Vicky, tres preguntas: primera ¿Usted y la revista semana tienen alguna relación con el contrato directo del gobierno que está cumpliendo la función de posicionar al presidente en las redes? Segunda, si es así: ¿Por cuánto es el valor del contrato? Y tercera, ¿Quién le pagó a la empresa “Infobip” por la difusión de su columna “El plan contra Uribe” a miles de personas a las cuales les utilizaron fraudulentamente sus datos?, pregunta que ya le realizó el activista David Rozo.

Hace un mes sacó una columna donde trataba a un grupo de jóvenes activistas de “baja calaña, atracadores de barrio, de poco baño, resentidos sociales, sicarios, banda organizada, mercenarios, justicieros baratos, vulgares y deshonestos”, y los acusó de pertenecer a una banda que supuestamente mueven tendencias y son pagos, lo curioso es que no mostró ninguna prueba.

En lo absoluto, no creo que usted deba responsabilizarse de los crímenes de la familia de su esposo y me parece reprochable que mencionen a su hijo menor de edad como perteneciente a este clan, acción que fue rectificada por Gener Usuga, activista colombiano exiliado en Francia, víctima de la violencia, quien gallardamente le ofreció disculpas. Lo que molesta realmente de este hecho de su rol de periodista, es que no haga mención a las actividades delictivas de dicho clan, que hasta hoy sigue operando, en cabeza del gobernador del Cesar Luis Monsalvo Gnecco,  quien será condenado por la corte suprema por corrupción y constreñimiento al sufragante, también sobrino de Lucas Gnecco, su suegro,  condenado por corrupción y paramilitarismo.

Digámoslo claro, usted es una activista mas, al igual que yo, el problema es que yo no me disfrazo de periodista, usted es una señora parcializada y obsesionada con temas selectivos. Qué bueno pedir resultados en el caso odebrecth, pero lo hace exclusivamente con el Ex presidente Santos, hágalo con Zuluaga, ex candidato del uribismo en 2014, quien junto con Iván Duque,  se reunieron en Brasil con el publicista Duda Mendoça para pactar sobornos; debería investigar de donde salió la plata con la que Duque compró un apartamento en Washington en 2014; como también con el ex presidente Álvaro Uribe, quien tenía a su cargo el único funcionario condenado por Odebrecth, el viceministro Gabriel García. Está probado que Uribe se reunió más de 10 veces con la gente de la multinacional Brasilera y fue en ese gobierno donde se le adjudicaron los tramos de construcción de la “Ruta del 2” y que coincidencia, seis meses antes, Marcelo Odebrecth se reunió con el mismo Tomás Uribe en Panamá. ¿Por qué no se lo pregunta?

Aún no olvidamos la determinación y vehemencia que tuvo para revelar la vida privada e intima de un ex congresista, razón por la cual fue despedida de la FM y rechazada por todos sus colegas y no por orden de Juan Manuel Santos como lo quiere hacer ver, o exponer a los hijos de Hollman Morris en un supuesto caso de maltrato en plena campaña y con el payaso de la Espriella de por medio, y ahí si no le importó exponer a los niños del ex candidato. Pero en cambio, esa vehemencia se desvanece para indagar y cuestionar al ex presidente Andrés Pastrana, que aparece dos veces en los registros de vuelos de un pedófilo hacia una isla en Bahamas donde violaron a decenas de niñas.

Aquí estamos mencionándola, con mucho respeto, somos unos jóvenes que hacemos un trabajo altruista, nadie nos paga, muchos trabajamos en otras tareas ajenas al activismo, tenemos familias, algunos somos víctimas de la violencia y otros de la injusticia social, no tenemos contratos con medios, mucho menos con políticos y según las cifras, estamos teniendo mejor alcance que usted, que tiene detrás a un medio de comunicación masivo y manipulador.

El fin del periodismo es hacerle contrapeso al poder, dudar, cuestionar, indagar, investigar, no ser adulador de este para buscar réditos. No espero que usted conteste esta columna, porque usted de valentía y arrojo, poco.

 

Este artículo es de opinión, y como tal es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Cuarto de Hora.

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