En medio de la legalización de las capturas que adelanta la Fiscalía General de la Nación en contra de 5 policías que estarían involucrados en el asesinato de Juan Pablo González, presunto abusador de la menor Hilary Castro, se relató la manera brutal y despiadada en la que otros reclusos acabaron con su vida.
De acuerdo con el informe de la autopsia del fallecido, presentado por el fiscal del caso, González tenía más de 50 lesiones, hematomas, equimosis y fracturas.
Además, los reclusos que ocasionaron su muerte también lo orinaron y lo obligaron a tomar sus propios orines. “Mientras ello ocurría, le decían que eso le pasaba por haber violado una niña, que ahora no era tan macho como lo fue con la víctima, que era un violador y por eso merecía la muerte”.
“Los uniformados de la Policía pudieron impedir que los privados de la libertad lesionaran, torturaran y le quitaran la vida a Juan Pablo, pero no quisieron hacerlo. No usaron su voz, ni su fuerza de mando, no provocaron una alerta para convocar la presencia de más fuerza para impedir el hecho, no se opusieron, no dieron una orden de detención, al contrario, fueron permisivos”, dijo la Fiscalía durante la audiencia de imputación.