El presidente Gustavo Petro ha declarado el estado de desastre natural en todo el territorio nacional debido al incremento de la vulnerabilidad en las regiones afectadas por el fuerte aumento de las lluvias y las condiciones climáticas extremas. Esta medida, anunciada el 10 de noviembre tras una reunión del Puesto de Mando Unificado (PMU) en Bogotá, busca movilizar recursos rápidamente para enfrentar las emergencias en las zonas más afectadas: Alta Guajira, Chocó y Bogotá, donde la escasez de agua potable y las inundaciones han golpeado gravemente.
La decisión se tomó en respuesta a los efectos imprevisibles del clima, exacerbados por factores como la deforestación y la expansión urbana descontrolada, particularmente en la sabana de Bogotá. Petro subrayó que la situación se agravará, ya que las lluvias continuarán hasta diciembre, por lo que nuevos puntos críticos surgirán en otros departamentos.
El decreto permitirá redirigir recursos financieros de otras áreas gubernamentales para atender a las regiones afectadas. Según Petro, el gobierno presentará un plan concreto de inversiones en los próximos días para mitigar las consecuencias en los puntos críticos.
La situación es especialmente alarmante en La Guajira, donde desbordamientos de ríos han dejado a comunidades aisladas. Poblaciones como Dibulla han recibido asistencia humanitaria, pero el acceso a alimentos y medicinas sigue siendo limitado debido a la crecida de arroyos y ríos. Las autoridades continúan monitoreando la situación y buscando soluciones inmediatas para evitar un mayor deterioro en las condiciones de vida de los afectados.