El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso ha sido el foco de atención en Colombia tras su regreso al país luego de cumplir una condena por narcotráfico en Estados Unidos. Su solicitud de libertad ha generado debate y controversia, y finalmente, la jueza Luz Marina Zamora Buitrago ha dictaminado un veredicto que otorga una libertad condicional al expara
Mancuso, designado como “gestor de paz” por el gobierno de Gustavo Petro, se enfrentó a la decisión de la justicia colombiana con la esperanza de obtener la libertad condicional para desempeñar su papel en los diálogos de paz. Sin embargo, las acusaciones en su contra por más de 4 mil hechos delictivos, que van desde desapariciones hasta homicidios y violaciones sexuales, han pesado considerablemente en el proceso judicial.
No obstante, este lunes, la jueza Zamora Buitrago ha concedido a Mancuso la libertad condicional por un período de cuatro años, libertas que viene con restricciones significativas, entre estas se ha advertido que Mancuso no podrá abandonar el territorio nacional y está prohibido residir en los departamentos de la Costa Atlántica, donde perpetró numerosos crímenes como comandante de las AUC. Además, cualquier desplazamiento requerido en el marco de su función como gestor de paz debe contar con la aprobación de las autoridades judiciales.
Sin duda, esta decisión ha avivado el debate sobre la reconciliación y la justicia en Colombia. Por un lado, algunos argumentan que la libertad condicional de Mancuso es un paso necesario hacia la construcción de la paz y la reconciliación en el país. Se argumenta que su participación en los diálogos de paz podría contribuir a la desmovilización de grupos armados y al proceso de reparación a las víctimas.
Por otro lado, muchos críticos consideran que la libertad de Mancuso es prematura y cuestionan la efectividad de su papel como gestor de paz. Su historial de crímenes atroces y su implicación en miles de actos delictivos plantean serias dudas sobre su capacidad para contribuir genuinamente a la paz y la reconciliación.
Entre tanto, el futuro de Mancuso sigue siendo incierto, ya que aún enfrenta numerosos procesos judiciales pendientes y medidas de aseguramiento en diferentes instancias. Su libertad condicional está sujeta a condiciones estrictas y cualquier violación de estas podría resultar en su regreso a prisión.