El pasado martes la personería de Bogotá denunció que el humedal Juan Amarillo tiene en grave peligro al ecosistema debido a tala de árboles, los vertimientos de aguas negras y de basuras, así como la falta de control por parte de las autoridades.
De nada sirvieron los videos que publicaron el 11 de febrero de 2018 en las páginas oficiales de la Alcaldía de Bogotá, en donde informaban que están transformando el humedal Juan Amarillo.
Pues bien, la personería de Bogotá, mediante un comunicado de prensa denuncia que “Las obras contratadas no atienden las necesidades establecidas en el plan de manejo ambiental como son la protección y recuperación del humedal. en zona aledaña construirán canchas sintéticas” entre otras. Por estos motivos la personería inició indagación preliminar para determinar responsables
Con aproximadamente 80mil millones de pesos invertidos para la construcción de la infraestructura en la zona de manejo, la preservación ambiental y áreas aledañas, ese dinero no contempla recuperar el humedal, ni dar cumplimiento al plan de manejo ambiental, ni enfrentar sus graves problemas de contaminación.
Tala y vertimientos
La visita que realizó la personería evidenció “tala de árboles (acacias), más vertimientos de aguas negras en volúmenes que comprometen la salubridad del ecosistema acuático, perros ferales (salvajes) que atentan contra la fauna del humedal, se encontró una inadecuada disposición de biosólidos en la franja terrestre del humedal, resultantes del mantenimiento de franja acuática, presencia de basuras y material de construcción y demolición, y ocupaciones ilegales en la zona de manejo y preservación ambiental y en la ronda del parque.”
Toda esta mega inversión no recupera el humedal sino lo dejan en mayor riesgo, afirmó la personería, ya que habrá más tala de árboles para la calzada de ciclovía, pues se deberá hacer zanja de unos 80 centímetros de profundidad, en una distancia de 6 kilómetros que se llenará con materia de cantera y concreto. La norma permite realizar senderos de máximo un metro sin materiales duros, que no genere fragmentación de la cobertura vegetal nativa ni del hábitat de la fauna.