Por AFP
Paraguay controló un incendio que arrasó poco más de 20.000 hectáreas en la zona del Pantanal, en la triple frontera con Bolivia y Brasil, dijo el ministro del Medio Ambiente, Ariel Oviedo, a la AFP este viernes.
El fuego, que se desató hace una semana en una zona de pastizales, “se controló en forma natural con el cambio de la dirección del viento”, explicó el funcionario.
Las llamas han arrasado hasta ahora 744.000 hectáreas en el lado boliviano.
Oviedo sostuvo que a partir de esta experiencia propondrá una comisión intergubernamental de los tres países para enfrentar estos desastres que se producen cada año.
El Ministerio envió dotaciones de bomberos y personal médico y paramédico a Bahía Negra, la última población urbana paraguaya en la zona, a 900 km al norte de la capital paraguaya.
Unas 60 personas requirieron asistencia por las inhalaciones de humo, según el alcalde de la población fronteriza, Neco Ferreira.
“Hemos observado animales anfibios, reptiles, roedores muertos quemados en los caminos y accesos hasta donde hemos llegado para realizar observaciones”, dijo en declaraciones a la AFP Darío Maldelburguer, director general de Biodiversidad del ministerio.
Pepe Cartes, director ejecutivo de la organización ambientalista Güirá-Paraguay, señaló que aunque el fuego está controlado “permanecemos en alerta amarilla”.
La organización es propietaria de una reserva forestal, conocida como Tres Gigantes, en la triple frontera, que se consumió en un 70% por el fuego.
“La gente acostumbra a quemar los campos en esta época seca. Hace mucho que no llueve. La sequía prolongada y el viento fuerte del norte hizo que estos incendios tomaran dimensiones muy grandes”, explicó Cartes.
Admitió que muchas especies murieron, las de locomoción lenta como las tortugas, oso hormiguero y armadillos, y los que viven en los árboles, como monos y serpientes.
Cartes estimó que los incendios son ciclos inevitables. “Después de años de lluvias extraordinarias e inundaciones la vegetación se desarrolla bastante, genera mucha biomasa. Con la sequía extrema esa biomasa se convierte en combustible, un polvorín que provoca incendios descomunales como este”.
“Hay ecosistemas que están adaptados como el Pantanal (que ocupa unos 200.000 km2 en los tres territorios). Hay otros sistemas que no, como ocurre con el Amazonas donde el daño es mucho más abrumador”, precisó el experto, un biólogo especialista en Vida Silvestre y Áreas Protegidas.