Un reciente informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) reveló un cambio en la tendencia de crecimiento de los cultivos ilícitos en Colombia. Aunque hubo un incremento del 13% en el área sembrada con coca en 2022, esta cifra es significativamente menor que el aumento del 43% registrado en 2021. Esto indica que la curva ascendente de cultivos ilícitos se ha “aplanado” desde el año pasado.
El informe también destaca que, a diferencia de años anteriores, donde los cultivos ilícitos estaban presentes en todo el país, en la actualidad se concentran en tres áreas principales: Nariño, Norte de Santander y Putumayo, que representan el 65% del total de cultivos de coca.
Según Leonardo Correa, Coordinador del Área de Análisis de la Investigación de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), este cambio se debe a una nueva estrategia del narcotráfico. En lugar de dispersar los cultivos en todo el país, se prioriza la productividad sobre el área sembrada. Además, la producción de cocaína se está moviendo hacia áreas estratégicas, especialmente en las fronteras, para facilitar su exportación.
La misiva también destaca un aumento del 77% en las áreas sembradas en el departamento de Putumayo en 2022. Esto lleva a la posibilidad de focalizar políticas públicas en esa región. Según el Ministro de Justicia, Néstor Osuna, la idea de que el país está inundado de coca no es cierta, ya que solo 185 de los 1.122 municipios de Colombia tienen cultivos ilícitos.
Este cambio en la tendencia de cultivos ilícitos se produce en el contexto de la nueva Política Nacional de Drogas del Gobierno del Cambio, que incluye la participación de las comunidades afectadas por el narcotráfico. La ONU considera que existen razones para ser optimistas sobre los resultados en la lucha contra las drogas, pero destaca la importancia de definir estrategias claras en su implementación.
Por último, el documento aborda la propuesta del presidente Gustavo Petro de considerar los daños ambientales causados por el narcotráfico como un delito internacional. La ONU reconoce que el impacto ambiental en las áreas donde se concentra la coca está aumentando y respalda la necesidad de abordar este problema tanto a nivel general como local.