Más de 20.000 personas, incluidas figuras de la oposición rusa, se manifestaron el sábado en el centro de Moscú para reclamar elecciones locales libres y justas, al grito de “Rusia será libre” y “Es nuestra ciudad”.
“Es sin duda el mayor mitin de oposición de estos últimos años”, afirmó el opositor al Kremlin y bloguero anticorrupción, Alexéi Navalni, presente en la concentración junto a sus aliados.
Según la ONG White Counter, especializada en el cómputo de manifestantes, al menos 21.500 personas se movilizaron durante esta manifestación autorizada.
La oposición había convocado esta concentración después de que las autoridades invalidaran el registro de unos sesenta candidatos a las elecciones del Parlamento de la ciudad de Moscú, unos comicios previstos en septiembre.
“¡Rusia será libre!”, ¡Vergüenza!”, “¡Es nuestra ciudad!”, corearon los manifestantes rodeados por la policía en una larga avenida del centro de la ciudad.
Durante un discurso ante la multitud, Navalni, de 43 años, llamó a las autoridades a registrar a todos los candidatos antes del próximo sábado. De lo contrario, prometió una nueva gran manifestación delante del ayuntamiento. La abogada Liubov Sobol, de 31 años, excluida de las elecciones y cercana a Navalni, dijo que estaba convencida de una victoria. “¡No abandonaremos!”, lanzó.
Igualmente apartado de la votación, el opositor Dmitri Gudkov acusó a las autoridades de robar los votos de los electores y su futuro. “Vivimos desde hace 20 años en un país ocupado”, sostuvo este exdiputado.
En los últimos meses, varios candidatos del poder perdieron en elecciones regionales en beneficio de los comunistas y nacionalistas, mientras que el partido en el poder, Rusia Unida, del presidente Vladimir Putin, registra sus peores resultados desde hace una década.
– Oposición excluida -Al término de un procedimiento de verificación, la Comisión Electoral de Moscú excluyó el miércoles de las elecciones a 57 candidatos, la mayoría de ellos opositores, por defecto de forma o irregularidades que estos últimos denuncian como un montaje.
El Kremlin desestimó las quejas de los opositores, pero muchos rusos siguen furiosos por lo que ellos consideran como una interferencia electoral.
Los moscovitas están llamados a votar en las elecciones regionales y locales el 8 de septiembre para renovar el mandato de cinco años de los 45 diputados del Parlamento local, encargado de validar las decisiones del alcalde Serguéi Sobianine, de Rusia Unida.
Según él, los candidatos independientes debían reunir las firmas de al menos un 3% de sus potenciales votantes en cada uno de los 45 distritos de Moscú, es decir entre unas 4.500 y 5.000 personas, para poder participar.
Pero candidatos de la oposición que lograron cumplir con estas exigencias se indignaron contra el procedimiento de verificación opaco que les descalificó y privilegió, según ellos, a los candidatos leales al poder.
La oposición, privada de participar en comicios más importantes como las presidenciales, se movilizó con fuerza para estas elecciones en Moscú, con la esperanza de poder entrar en la gestión del descomunal presupuesto de la capital rusa.
En un contexto de bajada de salarios y de estancamiento económico, la oposición pretende también aprovechar el creciente descontento de los rusos.