jueves, octubre 3

Los candidatos homosexuales en EEUU ya no tienen que esconderse para ganar

por Michael Mathes / AFP

La elección de la primera alcaldesa negra y lesbiana de Chicago y el ascenso de un candidato presidencial gay ha demostrado que en la política de Estados Unidos -al menos entre los demócratas- ser LGBTQ ahora es totalmente aceptado.

Otra candidata lesbiana acaba de ganar la carrera por la alcaldía de Madison, Wisconsin, mientras que un tercero ganó un puesto en la segunda vuelta para ser el regidor de Kansas City, Missouri. 

Las recientes victorias se producen luego de un cambio constante en las actitudes culturales que impulsaron a candidatos homosexuales y lesbianas en todo Estados Unidos en 2018, incluso cuando la administración de Donald Trump ha eliminado las protecciones de la comunidad LGBTQ.

El número de funcionarios electos abiertamente homosexuales en todo el país casi se duplicó el año pasado, a 682, según el Victory Fund, que apoya la elección de candidatos LGBTQ. 

El grupo respaldó a Lori Lightfoot, quien ganó la carrera por la alcaldía de Chicago, a pesar de nunca haber ocupado un cargo público. 

Los jóvenes estadounidenses están “observándonos, y están viendo el comienzo de algo bueno, un poco diferente”, dijo Lightfoot en su discurso de victoria.

“No importa a quién ames, siempre y cuando ames”.

Esa aceptación se está extendiendo en todo el país, empoderando a una comunidad que tradicionalmente ha estado poco representada en la política de Estados Unidos, donde la orientación sexual y los valores familiares a menudo han generado debate.

En 2006, las encuestas mostraron que la mayoría de los estadounidenses se sentían incómodos o tenían dudas sobre un candidato presidencial gay.

Según una encuesta de NBC News de esta semana, en estos momentos, un 68% está entusiasmado o cómodo con un candidato de ese colectivo.

El Congreso ahora tiene un número histórico de miembros abiertamente lesbianas, homosexuales o bisexuales: ocho en la Cámara de representantes con 435 escaños y dos en el Senado, de 100 miembros. 

En noviembre pasado, Jared Polis, de Colorado, se convirtió en el primer gobernador electo abiertamente homosexual.

“A medida que la nación acepta más a las personas LGBTQ, los votantes se enfocan menos en la orientación sexual y la identidad de género y más en sus posiciones y sus visiones para el futuro, y tienden a gustarles lo que ven”, le dijo a la AFP Elliot Imse del Victory Fund, el miércoles.

Pero mientras los estadounidenses LGBTQ representan el 4,5% de la población, solo tienen el 0,1% de los cargos electos en todo el país, dijo.

“Es increíble el progreso que se está haciendo, pero los números que tenemos que compensar son también bastante extraordinarios”.

  • Mucho por hacer -El cambio en las actitudes de los estadounidenses es particularmente una buena noticia para Pete Buttigieg, el alcalde de 37 años de South Bend, Indiana y una estrella ascendente en la carrera presidencial. 

Buttigieg, un graduado de Harvard que suspendió sus deberes de alcalde para servir en Afganistán como oficial de inteligencia de la Marina, es abiertamente gay y ha hablado cordialmente sobre su matrimonio con Chasten Glezman.

Dado que los votantes saben que será sólido en cuestiones de igualdad, se liberará a Buttigieg para abordar inquietudes más pertinentes a las contiendas presidenciales, como la economía, el cambio climático y la política exterior.

Congresistas homosexuales han estado en el Partido Republicano en el pasado, pero la falta de un legislador abiertamente LGBTQ en el Congreso es evidente dado que Trump se convirtió en el primer candidato de su partido en mencionar los derechos de los homosexuales en su discurso de aceptación de su nominación.

Con su nombramiento como embajador en Alemania, Richard Grenell se convirtió el año pasado en el funcionario abiertamente gay de mayor rango en una administración republicana. 

Pero Imse dijo que Trump se ha rodeado de funcionarios cuyo sesgo anti LGBT ha impulsado su agenda, incluyendo el movimiento para prohibir el acceso de personas transgénero a cargos militares, hacer retroceder las protecciones de Barack Obama para los trabajadores LGBTQ y apoyar el derecho de las empresas a no servir a las parejas homosexuales en nombre de la religión.

El vicepresidente de Trump, el conservador Mike Pence, se opuso agresivamente tanto al aborto como a los derechos LGBTQ como legislador, convirtiéndose en un héroe de la derecha religiosa.

Pence se desempeñó como gobernador de Indiana durante los primeros años de Buttigieg como alcalde, y se enfrentaron por cuestiones sociales.

Buttigieg dijo que espera el día en que ser gay sea visto como lo menos interesante de un político.

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