lunes, febrero 17

La fiscalía de la CPI podría investigar el asesinato de las y los líderes sociales en Colombia

Por Pilar Murillo

El Estatuto de Roma entró en vigencia para Colombia en noviembre de 2002, a partir de ese momento la Fiscalía y la Corte Penal Internacional adquirieron competencia para investigar y juzgar crímenes de su competencia, esto es, genocidio, crímenes de lesa humidad, crímenes de guerra y crímenes de agresión. De acuerdo con el Estatuto de Roma y la doctrina penal internacional, los crímenes de lesa humanidad se configuran cuando de ellos se desprende un carácter de sistematicidad o generalidad en el ataque, que sea contra la población civil y con conocimiento del mismo.


Conforme a la jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) un acto generalizado se refiere a la escala de los actos perpetrados y al número de víctimas; para el caso de los homicidios de las y los líderes sociales, desde la posesión del Presidente Iván Duque, han asesinado a 136 líderes sociales, es decir que en 7 meses se han registrado más víctimas que en todo el 2018 en consideración con las cifras la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, lo que revela un aumento significativo y preocupante en el número de víctimas.


Por otro lado, la Corte Penal Internacional ha definido que la sistematicidad ocurre cuando se identifica un patrón o varios en los crímenes; para el caso colombiano las organizaciones defensoras de derechos humanos han identificado, entre otros patrones: (i) los ataques contra la vida de algunos líderes sociales guardan relación con el rol que cumplen en la sustitución de los cultivos de uso ilícito de acuerdo con la implementación del Acuerdo de Paz; (ii) amenazas y hostigamientos contra líderes comunales por el ejercicio político, la defensa de los recursos naturales y el territorio con el fin de amedrantar a la población y sembrar terror en las organizaciones sociales; (iii) impunidad en las investigaciones para identificar a los determinadores que se benefician de los crímenes.


Ahora bien, aunque no se podría poner en duda que los líderes sociales y defensores de derechos humanos hacen parte de la población civil y por tanto no pueden ser objetivos militares, históricamente se les ha estigmatizado como terroristas o enemigos de la patria. En el marco del conflicto armado interno, también surgieron políticas de Estado violentas de persecución y difamación y la doctrina del enemigo interno que ha identificado como objetivos a ser exterminados a los defensores de derechos humanos y líderes sociales. Exacerbado por el gobierno de Iván Duque que detrás de cada protesta social legítima quiere criminalizarla so pretexto de estár dirigida o infiltrada por terroristas


Aunado a lo anterior otro elemento de los crímenes de lesa humanidad es el conocimiento del ataque, que en Colombia se expresa con el conocimiento por parte de las máximas autoridades en la situación de vulnerabilidad de los lideres sociales que han denunciado públicamente las amenazas de las que han sido objeto. Esto nos conduce a una conclusión inequívoca: y es la ausencia de voluntad política del Estado colombiano para garantizar el ejercicio democrático y la vida.


De manera que, cumpliéndose los elementos del Estatuto de Roma, artículo 7, y el principio de complementariedad, articulo 17, la Fiscalía de la CPI constatando como se benefician con la impunidad a los máximos responsables de estos crímenes, debe abrir una investigación para identificar aquellos agentes estatales que por acción u omisión, o particulares que son responsables de los mismos, al no ser sancionados en Colombia deben ser sancionados en La Haya.


Sin embargo, lo que uno esperaría es que la justicia colombiana opere y opere bien, que con celeridad y eficiencia la Fiscalía General de la Nación le explique al país quienes ordenan acabar con la vida e ilusiones de hombres y mujeres que a diario lo entregan todo por Colombia, lo que uno esperaría es un Estado verdaderamente Social de Derecho, comprometido con las víctimas y decidido a superar la violencia para construir una era de la paz.

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